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DE REOJO

Lo que nos queda por ver


La función no ha hecho nada más que empezar. Borja Mari y su amigo en ETA Santi se pueden encontrar en breve en un consejo de ministros presidido por el espectro de Aznar. Se han quitado las caretas y ya se sienten tan poderosos que no tienen ni que disimular. La extrema derecha bicéfala va a ocupar todos los gobiernos que les de la suma de sus electos. La broma de Castilla y León va a ser una norma. Ya han firmado en Valencia, lo que significa un retroceso descomunal.

Y lo que queda por ver puede ser una extraordinaria fuerza entrada en las estructuras del Estado a partir de un gobierno que va a emprender un cambio radical, una vuelta a las prohibiciones de partidos, a la supresión de libertades colectivas e individuales, la derogación de todo aquello que huela a tiempos actuales, porque, además y sin ánimo de enmendar la plana a nadie, es una corriente europea y mundial, una internacional que pretende confundir los gobiernos con consejos de administración y los parlamentos con platós de televisión. Estamos despidiendo al iniciador de este camino hacia el neofascismo o el post-fascismo o el fascismo, pero que viene a imponer nacionalismos extremos y pensamientos no únicos, sino obligatorios.

Parece que la única posibilidad de impedir esa desgracia es que la supuesta izquierda al sanchismo ilusione, movilice, proponga, se active, se coloque en la lucha frontal a esta desesperante deriva, pero no, hay clanes familiares que prefieren dedicarse a boicotear y desviar la atención a sus negocios que presentan como verdades absolutas y que provocan daños irreparables.