Dabid LAZKANOITURBURU

África reivindica su rol

Liderados por Sudáfrica, siete países del Continente Negro recalan hoy en Kiev y mañana en Moscú para mediar en una guerra, de la que, al margen de Ucrania y de Rusia vía sanciones, África es económicamente la mayor damnificada por la crisis alimentaria mundial agravada por el conflicto.

La iniciativa se suma a las de Brasil y el Vaticano.

La mediación africana llega avalada por una pátina de neutralidad que no ha sentado bien a Kiev, pero que puede abrir, no sin problemas, las puertas de un diálogo con el Kremlin.

Y no solo por las estrechas e históricas relaciones de Sudáfrica con Rusia.

África ha sido el continente más renuente a sumarse a las exigencias occidentales de condena a Rusia. La mitad de los países africanos se han sacudido esa presión absteniéndose o ausentándose de las votaciones de la Asamblea General de la ONU (Eritrea votó a favor de Moscú). Tampoco la Unión Africana, presente en la delegación, ha debatido hasta ahora una posición común

Es indudable que la creciente presencia militar-diplomática de Rusia en Oriente Medio y en África aprovechando el repliegue occidental (EEUU), presencia que toma forma en el Sahel y en República Centroafricana con el desembarco del grupo de mercenarios Wagner, puede hacer de freno para secundar desafíos internacionales a Moscú.

Pero, por mucho que les pese a las noqueadas potencias occidentales, eso no agota la explicación.

Cuando estas exigen un posicionamiento sin ambages contra la irrupción en las fronteras de otro país por parte de Rusia, los apelados recuerdan la invasión de Irak, los bombardeos sin mandato de la OTAN contra Serbia y, sobre todo, la intervención militar en Libia que acabó con el linchamiento de Gadafi y abrió la Caja de Pandora.

El agravio colonial está ahí, como el recuerdo del apoyo que la URSS brindó a los países que luchaban contra ella.

Los africanos contrastan, asimismo, el distinto trato que Europa da a los refugiados ucranianos y a los que mueren ahogados en el Mediterráneo u olvidados. Tampoco podemos olvidar que la mayoría de los líderes políticos del continente no son precisamente respetuosos con sus respectivas poblaciones. Como para que les importe Ucrania.

Pero lo más significativo es que África se reivindica en un mundo cada vez más multipolar y en su apuesta por la geometría variable en las relaciones internacionales.

Oportunidad no sin riesgos. Como ejemplo, Rusia puede utilizar el acuerdo del grano como palanca de presión y ya ha advertido a Sudáfrica, signataria de una Corte Penal Internacional que ha ordenado su arresto, que Putin tiene en su agenda acudir a la cumbre BRICS en Pretoria.