A golpe de «likes»

Aprovecho la ocasión para felicitarles. Por lo que sea, por lo que quieran. Estoy escribiendo con una grave presión, me retuercen las dudas. ¿Tengo que decir algo de Carmen Sevilla por obligación ética, contrato o confesión? Veo el inicio de Le Tour y alucino. En las afueras de París, tras un nuevo asesinato alevoso de un joven a cargo la Policía, hay disturbios con decenas de detenidos que aventuran unos días, quizás un verano, repleto de enfrentamientos en la calle. Lo digo para no hablar de Carmen Sevilla.

Aunque lo que de verdad me ha engalanado mi retorcido etnocentrismo es que hay un restaurante madrileño que sirve paella individual, asunto que podría haber sido un gran motivo en la campaña electoral porque eso de que solamente se sirvan paellas para dos comensales o más tiene dudoso encaje constitucional. Además, las llevan a casa, con lo que las almas libres del grupo un individuo por buzón podemos experimentar lo que es la paella industrial en solitario, sin necesidad de acudir a subterfugios.

Ahora mismo, pensando en las ovejitas de Carmen Sevilla, de cuando retransmitía el cupón de la ONCE y presentaba “Cine de barrio”, recuerdo la vez que Pedro Sánchez, candidato o pretendiente, entró por teléfono en “Sálvame” y nos proporcionó motivación para especular sobre la bondad o no del uso de programas populares para conseguir situarse en una buena posición para recaudar votos. Lleva el presidente Sánchez rompiendo moldes por los platós, actuando como una estrella pop y llegará a las elecciones subiendo en las encuestas a golpe de likes.