Joseba ITURRIA
BILBO
Entrevista
Christian Prudhomme
Director del Tour

«Sabemos a dónde venimos, a un lugar donde se ama el ciclismo»

El máximo responsable de la carrera defiende que tanto el Tour como Euskal Herria ganan con el Grand Départ de Bilbo, señala que desde el primer momento comunicaron a las instituciones vascas que era imposible comprometerse a invitar al Euskaltel-Euskadi y entiende que la orografía vasca garantiza ver belleza y espectáculo desde las dos primeras etapas.

(Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Christian Prudhomme atendió ayer a los medios vascos en la apertura de la sede del BEC para transmitir felicidad porque el Tour salga de Euskal Herria.

¿Cómo vive las horas previas al inicio del Tour en Bilbo?

Tenemos ganas de que comience todo ya, con la presentación de corredores y la primera etapa del sábado, de empezar a ver medirse a los campeones y de disfrutar del entusiasmo de los aficionados desde la presentación de equipos delante del Guggenheim.

¿Cuál es la visión que ha tenido desde su niñez de Euskal Herria y del ciclismo vasco?

La primera imagen que tengo del País Vasco es de Eric Baille, natural de Baiona, uno de mis mejores amigos con el que he trabajado como periodista. Su padre era el patrón de Sud Ouest en Baiona. Eric practicaba el ciclismo cuando era joven y recuerdo que me enseñaba una fotografía suya ganando en Baiona, con Bernard Hinault a su lado, que luego sería un quíntuple ganador del Tour. El País Vasco es uno de los mejores lugares del mundo para el ciclismo.

Es magnífico. Me trae el recuerdo de sus montañas con ese verde característico y de un litoral fantástico, el entusiasmo de los aficionados vascos en Pirineos con los corredores del Euskaltel Euskadi en los puertos en los años 2000, la victoria de Laiseka en Luz Ardiden, la multitud con las carreteras llenas de ikurrinas. La particularidad de los aficionados vascos es que entienden muy bien el ciclismo y conocen a los ciclistas. No solo van a aplaudir y sacar fotos. Cuando recibí la demanda de las instituciones vascas para acoger el Grand Départ sabemos a donde venimos, a un lugar donde se ama el ciclismo y que tiene ganas de Tour. Tiene todos los ingredientes para ver una gran carrera, para ver desde la primera etapa el duelo entre los grandes campeones.

¿Va a cuidar el Tour la identidad vasca?

La identidad es la fuerza y cuando venimos al País Vasco se escuchará el francés, porque es nuestra organización, pero también el euskera. Y es algo que no se hace en todos los sitios. El euskera se escuchará en las salidas y en las llegadas habrá un speaker francés y otro vasco. Es algo diferente del resto, porque tenemos respeto a los vascos. Para nosotros supone asegurar el fervor, el entusiasmo de verdaderos aficionados al ciclismo. Además nos asegura un terreno muy selectivo, nuestra ambición es tener lo más rápido posible los duelos entre los mejores corredores, desde el primer fin de semana. Además de lo deportivo, el ciclismo en general y el Tour en particular descubre los paisajes y el recorrido de las etapas es bonito.

Para los vascos el Tour es un escaparate porque se retransmite desde el primer hasta el último kilómetro para 190 países, con 2.000 periodistas acreditados. Los vascos tienen la oportunidad de mostrar lo mejor de sí mismos. Se repartirán 120.000 ikurrinas que se verán por todo el mundo. Es la mejor ocasión de mostrar una identidad al mundo entero, la alegría de la gente. Cuando se acoge el inicio del Tour, se sitúa en el centro del mapa y todo el mundo va a hablar del País Vasco.

¿Le preocupan las reivindicaciones de colectivos como los hosteleros o los ertzainas?

No me puedo meter ni me meto en lo que no me incumbe porque no conozco la situación. Cuando estás en otro país doy las gracias por acogernos y no critico nada. Solo pido que se respete el descanso de los corredores, que puedan dormir tranquilos.

En las conversaciones con las instituciones vascas, ¿estas solicitaron la invitación del Euskaltel Euskadi?

Cuando se organiza un Grand Départ todos quieren que esté presente su equipo, pero desde el primer momento desligamos las dos cuestiones. Solo elegimos a dos de los veintidós equipos participantes y hemos optado por el Israel y al Uno-X. Nos lo comentaron, es verdad, pero dije enseguida que es imposible. Pero hay siete vascos en el Tour que van a vivir por única vez en su vida la mejor carrera del mundo en casa. En 1992 acababa de nacer Landa. Lo vimos en Dinamarca el año pasado con la alegría con la que lo vivieron los corredores daneses, su felicidad..

Las instituciones vascas van a aportar doce millones. ¿Cuál es el retorno económico que ofrece la carrera?

Lo primero son los hoteles. El Tour reserva 1.850 camas cada noche solo la organización, el dinero es reinyectado inmediatamente. Hay que añadir los 2.000 periodistas acreditados y todas las personas que vienen, como por ejemplo mi mujer y mi hija, atraídas por la carrera y por la belleza del País Vasco. Se ve todo el país. Van a ser unos 550 kilómetros que se van a ver en el mundo entero. No puedo definir qué quiere decir, pero mucho seguro.

¿Qué ha cambiado el Tour desde que comenzó en Donostia en 1992 hasta ahora?

Es mucho más inmenso. En 1992 en la televisión solo se veían los últimos 80 kilómetros, ahora se ve todo, no existían las redes sociales, ni internet. Mi primer ordenador portátil como periodista me lo dieron para cubrir la Milán San Remo en 1995. En 1992 no había portátiles en la sala de prensa. Es otro mundo, todo es completamente diferente.

Aquel año comenzó con una victoria de Miguel Indurain...

Me gustaría saber dónde va a atacar Pello Bilbao. Bilbao ganando en Bilbao, sería extraordinario. No me puedo ni imaginar lo que sería que un corredor vasco suba Jaizkibel de amarillo. Hay que soñar...

Después de lo vivido en el Giro, han tomado medidas para evitar positivos de covid...

No hay reglas de la UCI, ni de las autoridades de cada Estado, pero debemos tomar medidas para que no se repita lo del Giro. Todas las personas que se acerquen a los corredores deben utilizar mascarillas. Es lo mínimo que debemos hacer porque tenemos que evitar que el maillot amarillo pueda abandonar como lo hizo Evenepoel vestido de rosa. Es aplicar el sentido común, se lo debemos a los campeones.