Irlanda: argumentos abrumadores por una consulta sobre la frontera

La situación en Irlanda, Escocia, Catalunya o Quebec es evaluada en un nuevo número de “Periskopioa”, la publicación de Gure Esku y Telesforo Monzon eLab. Por su actualidad, cobra especial interés este análisis postelectoral sobre los resultados en los seis condados, que, a juicio del autor, abre la puerta a una consulta sobre la frontera y obliga al gobierno de Dublín a preparar el terreno.

El mes pasado se celebró el funeral de Damien Gibney, el primer concejal del Sinn Féin elegido para el ayuntamiento de Lisburn. A mediados de los 80, asistir a las reuniones del concejo era peligroso, se corría el riesgo de sufrir ataques de unionistas y el acoso implacable de la RUC. Los líderes unionistas de Lisburn se oponían ferozmente a la construcción de Twinbrook y no querían formar parte de este nuevo gueto católico en un ayuntamiento abrumadoramente unionista, oponiéndose incluso a la ampliación de los servicios municipales básicos a la zona.

El de Damien fue un trabajo solitario, aunque contó con la hábil ayuda de otro concejal del partido, Pat Rice, una figura que marcó muchas vidas durante su largo mandato como profesor de los jóvenes Simmarlans en la escuela de Glen Road.

En esa misma semana, el Sinn Féin se hizo con cinco de los seis escaños de la zona de Collin (incluido Twinbrook) y recuperó su primer concejal para Lisburn Norte, con un segundo en Lisburn Sur bien posicionado para la próxima vez.

El sorprendente «tsunami»

electoral del partido es significativo por varias razones. Los 144 escaños obtenidos por el Sinn Féin representan algo más del 31% del total de escaños, con diferencia el mayor número de escaños conseguidos por un solo partido a nivel de gobierno local desde que se crearon los nuevos ayuntamientos en 2014.

Un dato crucial es que el número total de concejales elegidos de los partidos pro unidad irlandesa (SF, SDLP y PBP) asciende a 185, el mismo número que los elegidos por el DUP, UUP y TUV. La Alianza y los Verdes suman 72 escaños, y los 20 restantes incluyen un amplio bloque de concejales nacionalistas y republicanos independientes de Mid Ulster, Derry y Mournes, así como dos antiguos concejales del SDLP, Paul McCusker y Josephine Deehan.

En otras palabras, hay al menos tantos representantes electos a favor de la unidad irlandesa como a favor de la unión británica. Por primera vez en unas elecciones norirlandesas, los votos a favor de los partidos pro-unidad irlandesa han superado a los de los partidos pro-unionistas.

Este resultado supone la reivindicación de una estrategia de liderazgo basada en la aspiración por un presente y un futuro mejores.

Republicanos no alineados,

figuras de partidos marginales y lealistas que reprendieron y se burlaron de los dirigentes del Sinn Féin por asistir a la coronación del rey Carlos no supieron apreciar que tal movimiento representaba precisamente la generosidad de espíritu que muchos anhelan ver definir a esta sociedad.

Los nacionalistas y republicanos siguen movilizándose para votar debido al enfado por la negativa del unionismo a corresponder, y por el sentido de derechos exclusivos que sigue definiendo al unionismo. En este sentido, los asombrosos comentarios de Danny Kennedy de que si el Sinn Féin ganaba escaños a los partidos unionistas eso era malo para las relaciones comunitarias e incoherente con su promesa de construir una nueva Irlanda fue un reflejo de lo alejados de la realidad que siguen estando muchos unionistas.

El techo de la Alianza ha sido más bajo de lo que muchos esperaban. Mientras celebraban un nuevo escaño en Enniskillen, retrocedieron en Newry y Bannside, escaños que ansiaba ganar basándose en los números de 2019, y su esperado avance en Dungannon, Portadown, West Tyrone y Armadh no se materializó.

Los fracasos del partido para recoger segundos escaños en Antrim y North Lisburn fueron consecuencia de un aumento del voto del Sinn Féin y un voto resistente del SDLP. Estará decepcionado por no haber recogido segundos escaños en Knockagh, Coast Road y Macedon. La pérdida de sus dos únicos representantes en Derry y Stranbane a favor del Sinn Féin revela el éxito de los mensajes positivos del partido republicano.

La Alianza tiene menos posibilidades en las comunidades mayoritariamente nacionalistas porque el Sinn Féin y el SDLP han demostrado durante años su deseo de respaldar medidas reconciliadoras, con una política progresista que ha frenado la pérdida de votos en favor del partido percibido como de centro.

La prueba de estas elecciones

municipales es que los votantes favorables a la posición intermedia -los más impacientes por mejorar, quizá no demasiado preocupados por las cuestiones identitarias- siguen confiando en el liderazgo del nacionalismo, lo que contrasta claramente con la forma en que este segmento de votantes percibe el liderazgo político unionista.

En las elecciones municipales de 1993, el porcentaje combinado de escaños obtenidos por el SDLP y el Sinn Féin fue ligeramente inferior al 31%. En esas mismas elecciones, la UUP y el DUP se hicieron por sí solos con casi el 52% de los escaños. 30 años después, y junto con los concejales del TUV, en 2023 se han asegurado el 40% de los escaños. El ritmo y el alcance del cambio en esta sociedad son innegables.

Argumentos abrumadores

a favor de una consulta sobre la frontera a corto y medio plazo, están ahí, negar esa evidencia ya no es una reacción aceptable, por muy desalentadora que parezca. El imperativo ahora debe ser que el gobierno irlandés reconozca la importancia de lo que está ocurriendo y prepare el terreno para lo que debe hacerse.