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Atrapado por su pasado


En este su debut en el formato largo, Joaquín Carmona ha querido seguir la estela de Enrique Urbizu a la hora de abordar un thriller dentro de unos escenarios y personajes muy reconocibles en el imaginario delictivo y lumpen del Estado español. Este no es el único nexo que une al director murciano y al vasco. El siguiente punto en común lo encontramos en su protagonista y, sobre todo, en los registros que ha realizado hasta el momento.

Si en “La caja 507” Urbizu apostó por el riesgo delegando los roles protagonistas a Antonio Resines y Jose Coronado, actores que aceptaron registros novedosos para ellos hasta ese instante, lo mismo se puede aplicar en “Últimas voluntades”, cuyo personaje central está interpretado por Fernando Tejero, un actor muy habituado a la comedia.

LA LEY DE LA CALLE

Óscar Casas, Nerea Camacho, Carlos Santos, Adriana Ozores y Salvador Serrano coprotagonizan este thriller dramático en el que se abordan cuestiones como la homosexualidad, el amor, las segundas oportunidades e incluso la redención. El personaje encarnado por Tejero es un hombre que, tras abandonar la cárcel, regresa a su barrio para enfrentarse a sus fantasmas del pasado y, de paso, recuperar el tiempo perdido con un hijo con el que nunca ha tenido relación alguna. Uno de los elementos más relevantes de este modesto pero intenso filme radica en su ritmo y en su fotografía, cuyas tonalidades refuerzan el temperamento de los diferentes personajes.

Si bien su historia no aporta excesivas cuestiones novedosas, se trata de una obra que cumple con los mínimos requisitos que establece el género y goza de un adecuado tratamiento visual. No obstante, y en lo concerniente a su faceta de drama, recarga en exceso los diálogos y las situaciones resultan un tanto forzadas.