GARA
JENIN

Duelo en el devastado campamento de Jenin tras la salida de las tropas israelíes

El Ejército israelí completó la retirada de sus tropas del campo de refugiados de Jenin, devastado tras dos días de incursiones terrestres y aéreas en la mayor operación militar en dos décadas en la Cisjordania ocupada y después de matar a doce palestinos, cinco de ellos menores. Ayer fue día de regreso y de duelo por los fallecidos.

Funerales ayer en el campamento de refugiados de Jenin por los doce fallecidos en la incursión israelí.
Funerales ayer en el campamento de refugiados de Jenin por los doce fallecidos en la incursión israelí. (Jaafar ASHTIYEH | AFP)

Casi el 80% de las viviendas del campo de refugiados de Jenin, fundado en 1953, han sufrido algún tipo de daño en los dos días que ha durado la mayor operación militar israelí en Cisjordania en las dos últimas décadas, que se ha saldado con doce palestinos y un soldado muertos. Las redes de agua y electricidad también se han visto gravemente afectadas, mientras que ONG como Médicos Sin Fronteras denunciaron el ataque con gases lacrimógenos a tres hospitales.

«Uno de los barrios que sufrieron mayores daños fue Al Damej, donde su mezquita quedó arrasada por proyectiles y balas del Ejército», dijo el portavoz del Ayuntamiento de Jenin, Bashir Matahen.

Los escombros se acumulaban en las carreteras, junto con cables eléctricos derribados y charcos de gasolina.

Tras la retirada de las tropas sionistas, cerca de tres mil personas que huyeron de sus casas por los combates y ataques israelíes comenzaron a volver al devastado campamento, uno de los más pobres y densamente poblado. En él viven cerca de 20.000 personas, que forman parte de los 760.000 palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus casas tras la creación del Estado de Israel en 1948.

DESPEDIDAS FÚNEBRES

Entre calles destruidas, inmuebles derruidos, cristales rotos, coches calcinados, restos de neumáticos y fachadas con restos de metralla se celebraron ayer los funerales por los doce palestinos fallecidos, cinco de ellos adolescentes. En el transcurso de la marcha entre el Hospital Público de Jenin y el cementerio del campamento de refugiados, la multitud expresó su malestar con la Autoridad Palestina por su «incapacidad para impedir» la incursión militar y expulsó de la procesión funeraria a tres altos funcionarios. «En nuestras almas y nuestra sangre, nos sacrificaremos por vosotros, mártires», coreaba la multitud entre disparos al aire.

El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, felicitó a las fuerzas militares que «operaron con extraordinaria precisión, profesionalidad y coraje. Mandaron un claro mensaje: los terroristas no tienen donde esconderse». En esa línea, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, alegó que Jenin y su campamento de refugiados son un «nido de terroristas» y que «iban a hacer todo lo necesario para erradicarlo». En una entrevista con la BBC, el exprimer ministro Naftali Bennett justificó la muerte de menores porque «eran terroristas».

Frente a estas afirmaciones, la ministra palestina de Sanidad, Mai al-Kaila, remarcó que la operación israelí ha sido una «agresión que desafía las leyes internacionales».

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció que «los bombardeos aéreos no son coherentes con las reglas aplicables en operaciones de seguridad. En un contexto de ocupación, las muertes que provocan pueden considerarse asesinatos deliberados».