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DE REOJO

Atrapado en un circunloquio


Si todo sucede con la molesta rutina del paso del tiempo lunar sin alteraciones, ver un chupinazo, un encierro o una manifestación a través de la televisión es un acto contemporáneo que se preña en su mismo enunciado de tradición digitalizada. O acaso se trate de una concesión a la desmemoria ya que se ha instaurado el podcast como panegírico del uso discriminado del tiempo informativo lo que, añadido a la premura en el vencimiento de las fechas de caducidad nos enfrentamos a una sociedad que siempre come pan de ayer, aunque cada día baje a la panadería a compra el pan de hoy que no se come porque queda del de ayer.

Se informa de un tren de alta velocidad de una de esas nuevas empresas que ofrecen el servicio en las vías de Adif, que se quedó varias horas parado en un túnel. La empresa comunica que indemnizará a los pasajeros con el doscientos por cien del precio pagado. Pero algunos de los clientes cuentan esas horas como terroríficas, entre otras cuestiones, porque no se podía ir a los baños. Vamos al tópico elemental, parece un relato de una película o de una serie para no dormir. O para no usar el tren.

Macron reconoce que fue advertido hace varios meses, incluso años, de una tendencia entre los cuerpos policiales al uso de una violencia excesiva. Los Marlaska de turno no encuentran en esos informes de comisiones parlamentarias nada que les lleve a tomar medidas. Su única preocupación es que esos cuerpos con licencia para ejerce la violencia lleven uniformes de diseño y a prueba de bombas. Y con leyes mordaza para su impunidad.