Koldo LANDALUZE
VACACIONES DE VERANO

El mismo chiste de siempre

Santiago Segura regresa a su cita anual para recordarnos que, a pesar de las nubes y la lluvia, luce un espléndido sol veraniego. En complicidad con su habitual colaboradora Marta González de Vega y su infalible escudero, Leo Harlem, el firmante de “Torrente” se acomoda en un estilo de cine familiar aderezado con algunos ingredientes picantes a la hora de afianzar su historia en un contexto social y familiar reconocible y acorde a los tiempos actuales. Un leve espejismo de inspiración que tan solo dura unas cuantas secuencias. Por cuarto año consecutivo, Segura nos repite su mismo chiste pero en diferentes envoltorios. No importa que sea a bordo de un tren o en un hotel de lujo, la cuestión es meter niños por medio y que estos asuman en ciertos tramos todo el protagonismo.

Una fórmula que también funciona a ratos pero que se desmorona como un castillo de naipes porque, en su empeño por rendir tributo a cintas clásicas, entre ellas la impagable “La extraña pareja”, el dúo formado por Segura y Harlem asumen la pista central de su circo en un rocambolesco engranaje argumental que recurre a gags tan efectivos como recurrentes como son los golpes y resbalones inoportunos.

Todo ello en un contexto muy evidente y relativo a ese concepto de comedia casposa que tanto protagonismo tuvo en el Estado español y que, ahora, es disfrazado con términos y herramientas actuales. El populismo adquiere su máxima expresión fílmica en esta comedieta que, sin duda, será muy bien recibida por las maltrechas taquillas de las salas de cine, un tributo demasiado alto y que provocaría que el “amiguete” vuelva a recordarnos que su cine es tan necesario como saludable porque reactiva las salas comerciales y provoca risas entre el respetable. Como siempre, todo es muy discutible y el pago que ello conlleva resulta demasiado alto.