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Un holandés de 58 años, corneado en el escroto en el encierro de los Victoriano

Un corredor holandés de 58 años corneado en el escroto en la zona del callejón fue la mayor consecuencia del rápido encierro de los Victoriano del Río de ayer en Iruñea. La carrera se celebró en el décimo aniversario del espantoso montón de 2013, muy en la memoria.

El toro engancha al holandés Randy Harms en el callejón, le levanta y le empitona. Abajo, un astado generando peligro en la Plaza Consistorial. (ALBERTO ARGAZKILARIAKIdoia ZABALETA | FOKU)

El penúltimo encierro sanferminero copió el resto de carreras de este año en rapidez (dos minutos y 18 segundos), pero dejó más consecuencias que la media, entre ellas un corneado, lo que no ocurría desde el domingo 9. Ocurrió en el callejón, en el centro de la calle.

Los Victoriano del Río hicieron honor a su fama de toros rápidos y que no entran en ‘‘provocaciones”. Aunque al mismo tiempo fue llamativa la proliferación de corredores que intentaron entrar ante las astas a toda costa, seguramente porque la feria va acabando. Algunos despistes también crearon mucho riesgo, como el de dos mozos colocados de cara a la manada en la Plaza del Ayuntamiento.

El mayor percance se produjo a mitad del callejón, cuando el toro que iba en cabeza enganchó a un hombre por la pierna. El pitón le alcanzó finalmente en la región escrotal. La herida fue de carácter leve y fue dado de alta poco después. Se trataba de un holandés de 58 años llamado Randy Harms.

Según informaron diferentes medios navarros, era la primera vez que Harms corría el encierro, cumpliendo así un largo sueño tras viajar a Iruñea con un hijo. Tanto el padre como el joven dejaron muy claro que el herido estaba perfectamente bien e incluso bromeando con lo ocurrido, y su mayor inquietud era la llamada a su mujer para contarle el percance.

El hombre es natural de Curaçao, una isla del Caribe que se define como país dentro del Reino de los Países Bajos y donde viven 150.000 personas. Reside ahora en territorio holandés y tenía previsto pasar por Bilbo antes de regresar a casa, siempre que la herida se lo permitiera.

TRES TRASLADADOS

A consecuencia del séptimo encierro, hubo tres traslados al hospital: el del empitonado y dos más por golpes. Así, al Hospital de Nafarroa llegó un joven de 20 años que en el tramo de Santo Domingo sufrió una luxación en la rótula izquierda, con pronóstico leve en principio.

Aunque el primer parte médico facilitado por este centro aludía a un tercer corredor trasladado por una contusión en un brazo, finalmente este fue evacuado desde el recorrido del encierro al cercano centro Doctor San Martín, que centraliza urgencias extrahospitalarias.

DIEZ AÑOS DESPUÉS

La carrera del 13 venía marcada por un aniversario importante: se cumplían justo diez años del pavoroso montón en la entrada a la Plaza de Toros en una carrera de Fuente Ymbro.

Aquello se solventó milagrosamente con la idea de un operario que abrió un portón para que los morlacos pasaran por el callejón interior al centro del ruedo. Gracias a ello no hubo fallecidos cuando ya se rozaba la tragedia, porque unos segundos más habrían sido letales. Un joven de Gasteiz y otro irlandés fueron los heridos más graves por el aplastamiento humano. Y afortunadamente los astados, tan asustados como los bípedos, no propinaron cornadas.

El ciclo de encierros de este 2023 se cierra hoy con los míticos Miura, y seguro que será con una participación humana muy numerosa por esos dos factores sumados.