Frente a la avalancha de profesionales de la industria que, otros años, acudían al llamado estival del Zinemaldia, el acto celebrado ayer apenas congregó a grandes nombres. El clima de tensión previo a las elecciones y la incertidumbre que de él emana, puso en evidencia que el mundo de la cultura está para pocas celebraciones. Incluso una personalidad habitualmente tan comedida como la de José Luis Rebordinos, director de Zinemaldia, quiso pronunciarse al respecto de manera pública y contundente: «Nunca hemos tomado partido por unas siglas políticas o por otras. Pero hay algo nuevo en estos momentos que nos obliga a no permanecer indiferentes. El fascismo ocupa espacios en las instituciones democráticas. Cuando hablamos de fascismo hablamos de aquellos que reivindican la figura del asesino que fue Francisco Franco, de aquellos que niegan derechos a aquellos que no tienen como opción sexual aquella que ellos consideran la única natural y legítima, a quienes segregan en función del color de piel o de la religión, a quienes niegan a las mujeres sus derechos. Tenemos la obligación de no permanecer callados ante esta irrupción de la extrema derecha. Nuestro silencio de hoy nos puede hacer cómplices de lo que pueda ocurrir mañana».

La gravedad del escenario descrito diluyó el tono festivo que solía tener otros años el evento que, adicionalmente, quedó deslucido por la ausencia de muchos de los directores y actores que este año presentarán sus filmes en Zinemaldia. Entre las ausencias más destacadas estuvieron las de las dos directoras donostiarras que este año competirán por la Concha de Oro: Jaione Camborda e Isabel Herguera, un hecho insólito que habla «del peso que las mujeres están adquiriendo en la industria cinematográfica», según reconoció en declaraciones exclusivas para GARA José Luis Rebordinos.

Sobre el buen momento por el que atraviesa el cine vasco, el máximo responsable de Zinemaldia, comentó a este periódico que «esto ya no es flor de un día y yo pienso que va a ir a más. La importancia internacional que está adquiriendo un espacio como Tabakalera es clave en este sentido y cada vez son más los productores vascos que buscan fuentes de financiación más allá de las fronteras de nuestro pequeño país. El mundo es cada vez más receptivo al cine que se hace en Euskal Herria como lo prueba este año la presencia en Berlín de ‘20.000 especies de abejas’ o la proyección en Cannes del corto de Irati Gorostidi ‘Contadores’ que podremos ver en Zabaltegi». En dicha sección hará doblete Ion de Sosa, responsable de fotografía del cortometraje de Irati Gorostidi y director de “Mamántula”, un mediometraje de corte experimental que, a través de una historia de corte fantástico, es un acto de amor a las formas de expresión cinematográficas. En este sentido, De Sosa, quiso destacar «no solo el nivel y la cantidad de películas que se producen en Euskal Herria sino también la variedad y pluralidad de propuestas».

En lo que se refiere a la Sección Oficial, ausente Jaione Camborda fue su productora, María Zamora la que acudió al acto en representación de “O corno”, segunda realización de la directora donostiarra tras la buena acogida que tuvo su ópera prima “Arima”. Y en lo que respecta a “El sueño de la sultana”, su directora, Isabel Hergueda, no pudo acudir al encontrarse inmersa en la post producción del filme. Un filme que pasará a la historia por ser el segundo largometraje de animación (tras el filme japonés “El niño y la bestia”) en competir por la Concha de Oro. Su productora, Chelo Loureiro, no cabía en sí de gozo y en declaraciones a este periódijo que «ojalá el escaparate que supone el Zinemaldia acabe con los prejuicios que aún pesan sobre el cine de animación». La productora gallega quiso, asimismo, destacar el hecho de que “El sueño de la sultana” «parte de un cuento feminista escrito por una autora india a principios del siglo XX y eso es algo que, en estos momentos, con ese empeño que estamos viendo por desacreditar la lucha de las mujeres, confiere un valor adicional a nuestra película».