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Esperando las propuestas de los próximos representantes


Para cuándo se celebren las elecciones generales habrán pasado un año y cinco meses desde que el Gobierno de Rusia diese la orden al Ejercito de traspasar la frontera ucraniana. Desde ese mismo momento, el Gobierno de España ha condenado la agresión. Y, como miembro tanto de la UE como de la OTAN, ha ido tomando una serie de decisiones en todos los ámbitos, políticos, económicos y militares, con el fin de que Ucrania gane la guerra.

El tiempo transcurrido y la anunciada celebración de elecciones generales invita a efectuar una evaluación de dichas decisiones, comprobar su eficacia y que cada partido reflexione sobre esta guerra.

EEUU y la UE llevan once paquetes de sanciones a los dirigentes de Rusia y contra la economía del Estado ruso. En este tiempo, casi año y medio, es difícil de evaluar exactamente las repercusiones de las sanciones, pero es evidente que no se ha producido el desplome económico ni ha provocado un descontento popular que reclamase la caída de Putin y todo el gobierno. Por lo contrario, sí ha tenido graves consecuencias en la economía de la UE con la subida de la energía y la todavía imparable subida de la inflación. Además, se han producido hechos incompresibles para la ciudadanía como el aumento de la compra de gas de Rusia por empresas españolas.

Ante esta circunstancia, es interesante que cada partido nos dé su explicación por el fracaso de dichas sanciones y si consideran que se puede seguir por ese camino que, hoy por hoy, está teniendo grandes efectos negativos en la economía de España y de Europa en general.

Por otro lado, está la ayuda que esta aportando España a Ucrania. Sabemos que España, en cuanto a la ayuda militar, la está realizando en tres planos, uno a nivel bilateral y otro como miembro de la UE (a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz) y un tercero como miembro de la OTAN. Pero, por la falta de transparencia, la ciudadanía no somos conscientes de cuanto se ha gastado en cada plano. Según estimaciones la Unión Europea, hasta diciembre de 2022 habría ayudado a Ucrania con 15.000 millones, de los cuales 282 millones corresponderían a la aportación del Gobierno español. La ayuda bilateral y la que otorga la OTAN es difícil de calcular porque el Gobierno da una información sesgada (sí informa de los uniformes y tanques que ha enviado pero no dice en cuánto los valora ni cuánto ha costado su reparación, ni valora la formación de soldados ucranianos, etc.) que hace imposible conocer realmente el gasto y la información de la OTAN es más opaca.

La falta de transparencia es igual en la ayuda humanitaria y al mantenimiento y reconstrucción de Ucrania. Según las estimaciones de Banco Mundial Ucrania necesitará 411.000 millones euros, dos veces el PIB de Ucrania en el 2021.

En estas ayudas todavía hay más confusión porque, además de los Estados, entran en juego el capital privado, empresas, fondos de inversión, etc.

Respecto a estas ayudas del Gobierno de España y, por extensión, la de los otros países, hay que dejar claro cuánto de esas ayudas son ayudas no reintegrables y cuánto son créditos a pagar en el futuro, endeudando al país por muchos años. Debería ser público tanto el interés y el plazo de devolución como las otras condiciones que tiene que cumplir. Con las subvenciones y donaciones también habría que saber si están condicionadas a otras cuestiones. Práctica cuestionable éticamente pero habitual en la gestión de los FAD.

Con las ayudas privadas sucede lo mismo y es interesante saber qué opinan sobre el hecho de que miembros del fondo de inversión BlackRock estén asesorando al Ministerio de Economía de Ucrania. Como sus propios representantes lo dicen, las empresas y fondos de inversión no son ONG y buscan el máximo de beneficio para repartir entre sus inversores.

Nos preguntamos y les preguntamos a los partidos si la constatación del fracaso de las medidas tomadas desde hace año y medio no obliga a tomar otras iniciativas en un principio encaminadas a parar la destrucción, a no aumentar el riesgo de utilización de armamento nuclear y a no convertirla en una guerra mundial.

Nos preguntamos y les preguntamos cuál es el número de muertos o a cuánto tiene que ascender la factura de la reconstrucción para firmar el armisticio.

Han pasado más de quinientos días de aplicar la lógica militar sin éxito y les queremos preguntar si no creen que ya es hora de cambiar de estrategia y dar una oportunidad a las vías pacificas, dando protagonismo a las vías políticas y diplomáticas.

También nos gustaría conocer su opinión sobre las decenas de conflictos armados que hay actualmente en el mundo, Palestina, el Sahara, Sudán, Yemen, Etiopía, etc.

Y, por último, qué opinan del exagerado aumento del presupuesto militar de este año y qué medidas van a tomar para reducirlo.

Queremos escuchar su opinión antes de ejercer el derecho al voto.