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DE REOJO

Hay que atreverse


Los avances demoscópicos y los avances del escrutinio se convierten en dos realidades que se cruzan y buscan una confluencia que nos puede colocar ante la desesperación de lo que se venía venir y no sabemos si ha llegado o no, y de haber llegado se va visualizando en cámara lenta o se ha despeñado. Hay que atreverse, pasan las horas, hay que cerrar la edición, surfear por las cadenas de televisión con esas visitas a las sedes en esta de buena esperanza, tantos opinadores que tienen la opinión congelada, cruzada, obsoleta, que están echando chispas los teléfonos y las tabletas en los platós.

Así que ustedes tengan conmiseración porque la tensión se recrudece, esto se está escribiendo a borbotones, viendo el escrutinio en directo, sabiendo que algo está pasando, que puede variar, que faltan esos restos de votaciones, que es posible que se vaya controlando el volcado de los resultados de una manera estratégica para convertir estas horas en una performance televisiva y electoral, que puede contribuir a que esos teletipos inexistentes se conviertan en transportadores de nocivas canciones lejanas reincidentes.

Los resultados definitivos que se aventuran con un alto porcentaje escrutado parecen que nos colocan ante una situación interpretable de miles de maneras que como siempre provocarán en una primera lectura esa retórica de análisis descongelados en las que nadie asume nada o casi nada. EH Bildu va cumpliendo sus plazos y objetivos y queda claro que apunta a las próximas elecciones vascas.

Todo ello sin olvidarse de que puede dirigirse la situación final a un bloqueo, por lo tanto, a una repetición electoral. Y de nuevo los globos demoscópicos volarán cargados de intenciones, según quien los pague. Hay que atreverse e imaginar que todo es imposible hasta que se logra.