Raimundo FITERO
DE REOJO

De uno en uno

Sin sentido de la acumulación de capitales por inmersión o sumisión, empiezo a entender algo de las reglas del fútbol y del golf como expresiones televisivas que solamente pueden competir en su especialización con el pádel, el tenis o el vóley playa. Sumar o restar, de uno en uno y con los dedos forma parte de la memoria histórica sentimental, porque ahora no se habla de las calculadoras que se recargaban con la luz solar, pero fueron el principio de la anulación de los dedos de las manos de los homínidos como instrumentos de cambio y bolsa.

Si nos centramos en lo esencial, eso de que cada individuo, un voto, significa que los resultados finales se logran sumando de uno en uno, por lo que las mayorías o su contrario, es una suma simple, primaria, no es necesario que salgan los negocios demoscópicos de partido a hacer el ridículo, basta con la intuición de un ratón acostumbrado a recibir premios por hacer una rutina predeterminada.

Lo cierto es que un escaño sumado y otro restado, complica el panorama hasta el punto de que hay que volver a recordar a los presentes, ausentes y durmientes, que para sumar los escaños necesarios para una investidura, se usa el mismo plan aritmético, se suma de uno en uno, y todos valen exactamente igual, aunque se vislumbren los bloques o las coaliciones, aunque en Sumar, precisamente, la suma no va a ser siempre similar, porque están los que pretenden que se les atienda mucho más que a los demás porque lo manda el emérito Iglesias, al que le han dejado sin su púlpito en la Ser. Ojo al dato. Todo empieza a encajarse.