La evidencia constatada de que en Osakidetza cada vez hay más centros de salud sin médicos ha producido un nuevo efecto. Según informaron ayer diarios del Grupo Vocento, personal de enfermería de centros de salud y PAC están recibiendo estas últimas semanas una guía detallada con consejos para actuar en ausencia de personal médico. GARA ha podido confirmar que también ha sido facilitado de modo presencial en reuniones con representantes del Departamento, que han intentado matizar la decisión con la apreciación de que en la mayoría de los casos el manual no será necesario.

En la guía, a la que ha tenido acceso GARA, se detallan pautas sobre hasta 57 motivos diferentes de consulta, entre los que algunos pueden acarrear riesgo para la vida. No se trata estrictamente de que las enfermeras y enfermeros hagan diagnósticos y decidan tratamientos, pero sí de que tomen las decisiones sobre adónde y cómo derivar a esos pacientes, algo que hasta el momento hacían los médicos.

Así, la guía establece cuatro niveles de actuación en función de la gravedad de los casos, que corresponde evaluar al personal de enfermería: rojo, si son casos urgentes que requieren llamar a Emergencias para evacuación a un centro hospitalario; naranja, si el paciente puede acudir por sus propios medios o con ayuda de alguien a un servicio de Urgencias; amarillo, si lo que corresponde es que sea tratado en otro centro en que sí haya médico; y verde si puede ser atendido en el lugar. En “El Correo” la subdirectora de Enfermería de Osakidetza, Inma Moro, presenta esta guía como «una herramienta de ayuda» y «un avance», aunque al mismo tiempo admite que su objetivo es evitar contratiempos y «surge de una necesidad».

Diferente es la opinión de profesionales médicos consultados por este medio. Echan en falta sobre todo que se incluya el factor de los «aspectos básicos del propio paciente, como edad, género, antecedentes... que son imprescindibles para hacer una valoración». También cuestionan que en casos supuestamente leves se recomiende la derivación a otro PAC. Y con carácter general, les llama la atención que no se indiquen expresamente los objetivos y finalidad de estos protocolos ni se explicite quién los ha elaborado.

REDUCCIÓN PAULATINA

Poniendo el tema en perspectiva, la secuencia apunta a una restricción paulatina del servicio médico habitual hasta ahora. Desde hace varios años el verano se afrontaba con reducción de camas hospitalarias exclusivamente, una medida que ya suscitaba cierta polémica. El año pasado se produjo un salto: a finales de julio de 2022 y tras informaciones contradictorias, el Gobierno de Lakua terminó admitiendo al Parlamento que se habían cerrado o estaban sin médicos al menos 65 consultorios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Antes de este verano de 2023 (aunque aún no hay datos definitivos), Osakidetza informó a los sindicatos de que había previsto cerrar al menos 43 consultorios total o parcialmente. Y entre medio, en abril médicos denunciaron que se mantienen Puntos de Atención Continuada (PAC) sin personal médico y solo con atención por parte de Enfermería también fuera de fechas vacacionales.

Todo ello remite a una vez más a las afirmaciones hechas por la consejera Gotzone Sagardui en un desayuno patrocinado por farmacéuticas en junio de 2022, cuando anticipó un nuevo sistema futuro que incluiría consultorios sin médicos y otorgaría un papel principal a las enfermeras. En estas declaraciones que luego intentó corregir o al menos matizar, Sagardui indicó que «serán protagonistas de muchas de las actividades que tradicionalmente se derivaban al facultativo y que ahora entrarán dentro del ámbito de sus competencias».