Koldo LANDALUZE
AFTERSUN

Secuencias de un pasado vivido y sentido

Un fascinante, cálido y doloroso relato a través del cual la debutante Charlotte Wells comparte con el espectador las jornadas que compartió junto a su padre en un verano que para ella resultó determinante en su despertar a la vida y las emociones. Para trasladar lo vivido a los territorios de la ficción, la directora recurrió a Paul Mescal y Frankie Corio. lSe meten en la piel de un padre divorciado y su hija, los cuales se trasladaron a un resort en Turquía con la intención de compartir unas jornadas veraniegas. Sobre esta premisa que, sobre el papel, se intuye luminosa, afloran la penumbras de una serie de situaciones que para la realizadora marcaron su infancia.

A ORILLAS DE UNA PISCINA

Siguiendo la estela de otras directoras como Céline Sciamma o Joanna Hogg, Wells compone un álbum zurcido de imágenes un tanto borrosas en las que su joven protagonista asume con inquietud su paso a la madurez. Junto a ella, su padre. Asoma una figura que se va diluyendo progresivamente y de manera cómplice y necesaria. Un hombre que asume los cambios lógicos que están produciendo en la relación con su hija.

Mediante imágenes que nos recuerdan aquellas filmaciones de vídeo de los años noventa y respaldada por una potente banda sonora que incluye temas de grupos como REM, “Aftersun” es una poética radiografía de emociones y sentimientos descritos a través de secuencias muy reconocibles y captadas a orillas de una piscina o en un balcón que se transforma en una liberadora pista de baile. Las sobresalientes interpetaciones que brinda su pareja protagonista consolidan una obra a ratos hipnótica y en otras íntima. Un filme complejo en sus intenciones y que supera el difícil reto de evocar algo que se fue borrando en la memoria.