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Más muertos por la política fronteriza en el Canal de la Mancha y Túnez

Otro naufragio con seis muertos y dos desaparecidos en el Canal de la Mancha constató el aumento del riesgo y las muertes por el cierre de vías de llegada y por las medidas represivas del Gobierno británico. Otra tragedia similar, con dos muertos, ocurrió en la peligrosa travesía del Mediterráneo central, en Túnez.

La patrullera francesa Cormoran, que participó en el rescate.
La patrullera francesa Cormoran, que participó en el rescate. (Bernard BARRON | AFP)

 

Seis exiliados afganos murieron y dos desaparecieron ayer en el naufragio de una patera con unas sesenta personas que intentaba llegar a Inglaterra, menos de dos años después del naufragio más mortífero de la zona. Los pasajeros eran «casi todos afganos, con algunos sudaneses, en su mayoría adultos pero con algunos menores», y las seis personas fallecidas son hombres de unos 30 años, según el fiscal adjunto de Boulogne-sur-Mer, Philippe Sabatier.

Un total de 49 supervivientes fueron rescatados, 36 del lado francés y 13 por la Guardia Costera británica.

El barco naufragó frente a Sangatte, en Pas-de-Calais, alrededor de las 2.00, según la Fiscalía. Aunque el mar estuvo en calma durante la noche, las condiciones climáticas se deterioraron, con mar agitado.

La alerta la había dado una embarcación comercial, que había divisado la embarcación a la deriva a la altura de la zona de Sangatte, muy cerca de Calais. Fue localizada por la patrullera Cormoran a primera hora de la mañana.

«La represión en las fronteras para intentar cortar este tráfico migratorio aumenta el peligro de los cruces y empuja a la gente a correr cada vez más riesgos para cruzar a Inglaterra», denunció un portavoz de la asociación Utopía56.

Pero estas políticas están lejos de frenar los intentos por cruzar el canal a bordo de pequeñas embarcaciones y desde el miércoles se han multiplicado por el buen tiempo.

El Ministerio del Interior británico registró 755 llegadas el jueves, la cifrar más alta en un solo día desde principios de año.

A pesar del bloqueo del puerto de Calais y del túnel del Canal y de las crecientes medidas antiinmigración de Londres, más de 100.000 migrantes han cruzado así el Canal de la Mancha desde 2018.

En 2022, año récord, lo pasaron 45.000 personas, a pesar de los peligros que entraña el estrecho de Pas-de-Calais, donde en noviembre de 2021 murieron al menos 27 migrantes en el naufragio más mortífero registrado en la zona, que se agravó por la descoordinación e inacción de los servicios de rescate desde ambas costas.

A la vez, Londres endurece sus medidas. Uno de los últimos pasos del Gobierno conservador británico, el uso de una barcaza en un muelle del suroeste de Inglaterra para encerrar a solicitantes de asilo, ha tenido que ser suspendido por la presencia de legionella en el sistema de abastecimiento de agua, y 39 migrantes que habían llegado esta semana la abandonaron el viernes «por precaución».

La barcaza, llamada ‘Bibby Stockholm’, debería acoger hasta 500 solicitantes de asilo.

NAUFRAGIO EN TÚNEZ

La falta de vías de acceso legal a Europa también aumenta las muertes en el Mediterráneo. La Guardia Costera tunecina recuperó ayer los cuerpos de un bebé y de un joven de 20 años fallecidos en el naufragio de una barca que trasportaba una veintena de migrantes frente a las costas de Gabes, en Túnez. Otras 13 personas fueron rescatadas y se buscaba al menos a cinco desaparecidos.

Al menos 903 personas perdieron la vida o desaparecieron durante el primer semestre del año mientras más de 35.000 personas fueron interceptadas por la Guardia Costera tunecina cuando se disponían a cruzar el Mediterráneo central, la ruta más mortífera.

Solo el pasado fin de semana se recuperaron 23 cuerpos de personas que murieron en naufragios frente a la costa tunecina de Sfax, principal punto de partida de la migración hacia Europa, mientras al menos otras 44 desaparecieron.

Las salidas por esta ruta marítima se han multiplicado desde Túnez, que superó en el primer semestre del año a Libia como el primer país del que parten las embarcaciones hacia Europa. Y ello a pesar de la financiación de la Unión Europea a la dictadura tunecina para que actúe como policía de fronteras.