Natxo MATXIN
ALAVÉS

Por si no se acordaban, los errores en Primera se pagan muy caros

Una desatención defensiva en una falta lateral botada por el Cádiz en el minuto 7 le costó al Alavés encajar un único gol en su regreso a la máxima categoría y la pérdida de los tres puntos frente a un rival que a priori también peleará por la permanencia.

Guevara conduce la pelota en la parcela central del Nuevo Mirandilla.
Guevara conduce la pelota en la parcela central del Nuevo Mirandilla. (AGENCIA LOF)

El Alavés regresó a Primera dejándole claro el Cádiz que los errores a este nivel se pagan muy caros. La desatención defensiva que los pupilos de Luis García Plaza mostraron en una falta lateral botada por los locales en el minuto 7 determinó el resultado final y que tres puntos frente a un rival que, a buen seguro competirá por la ansiada permanencia, se quedasen en el Nuevo Mirandilla.

El gol que anotó Fede San Emeterio al adelantarse con una peinada en el primer palo resultó trascendental y supuso que los anfitriones, 46 años después, ganasen de nuevo un primer partido liguero en la máxima categoría.

Para la escuadra babazorra, esa diana trajo consigo primero un tempranero mazazo del que le costó sobreponerse y, una vez superado el golpe moral, tener que remar a contracorriente durante demasiados minutos, muchos de ellos con escasa clarividencia ofensiva y mucho menos, puntería.

De hecho, en su intentona inmediata por enjugar la exigua diferencia, pecó el cuadro vasco de cierta precipitación en su salida con el esférico, lo que provocó unas cuantas pérdidas que, para tranquilidad alavesista, apenas fueron aprovechadas por un Cádiz que se centró a partir de su tanto a balón parado en guardar la ropa y salir rápido a la contra tras los fallos visitantes.

Prácticamente media hora es lo que le costó al Glorioso centrarse sobre el césped gaditano. Un remate de cabeza alto de Abqar (m.35) y un centro chut raso de Duarte -uno de los pocos destacados- que tuvo que desviar a corner Ledesma resultó lo más destacable de ese cambio de tendencia.

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Se esperaba más del Alavés tras su paso por vestuarios, pero no fue hasta que el recién fichado Kike García saltó al verde cuando se notó que aumentaron las prestaciones albiazules en ataque. El ariete conquense generó faltas y bastante más inquietud en la zaga cadista, aunque tampoco todo ello es que se tradujese en una dosis de peligro lo suficientemente importante como para pensar en el empate.

Sí que el dominio vasco fue incrementándose, sobre todo a raíz del triple cambio babazorro en el 64. El Alavés ganó en consistencia en la medular y especialmente en presencia por los carriles, lo que provocó unos cuantos buenos centros que no encontraron rematador como para inquietar la portería andaluza. Al final, dicho dominio no se tradujo en nada positivo para los intereses de un bloque vasco que deberá mejorar en ambas áreas si quiere sumar puntos.