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ALAVÉS

Festival goleador en Mendizorrotza para sumar tres primeros puntos

Kike García, con dos dianas, marcó la diferencia, si bien el cuadro local nunca le perdió la cara al choque, pese a que el Sevilla consiguió ponerse por delante al filo del descanso, situación a la que lograron sobreponerse los pupilos de Luis García Plaza.

Kike García demostró ante el Sevilla que no se le ha olvidado perforar la portería contraria. (Endika PORTILLO | FOKU)

Se le pedía al Alavés mayor colmillo en ataque después de su derrota en el Nuevo Mirandilla y los de Luis García Plaza respondieron con creces a la demanda. Dos golazos de Rioja y Duarte -se estrenó en Primera-, junto a otro doblete de Kike García, quien se reencontró con la portería rival y marcó la diferencia, sirvieron para que El Glorioso sumase sus primeros tres puntos en el camino hacia la permanencia.

Hubo cambio de esquema táctico por parte del técnico madrileño, quien dejó en el banquillo a Rafa Marín y optó por una zaga con dos centrales, mientras en la grada Iraultza 1921 ponía el toque de protesta por los horarios de los partidos y especialmente por el señalamiento de estos en lunes. Una grada que en pocos minutos ya pudo celebrar la primera diana local con un zurdazo raso y colocado de Rioja, al que no llegó un Dimitrovic que no tuvo su tarde.

FORTALEZA MENTAL

La respuesta del Sevilla no se hizo esperar y, cumplido el primer cuarto de hora, igualó con suerte mediante un autogol de Abqar, tras pegar en el pie de manera involuntaria el central marroquí un remate del omnipresente Lamela.

El argentino, que se diluyó tras el descanso, amagó primero con un postazo en el 35 y golpeó en el 41 con un disparo colocado para poner por delante a los suyos. Fue un momento crucial, porque el Alavés no se descompuso e igualó, tres minutos después, con otro zurdazo de Duarte.

En la reanudación, Kike García se hizo enorme, recuperando su olfato goleador y haciendo dos tantos de killer en el 54 y 59 que inclinaron el duelo del lado babazorro. Solo el último gol de Rafa Mir, pero ya en el 97, hizo peligrar durante unos segundos una victoria muy necesaria para el cuadro vasco.