Joseba ITURRIA

La Real logró con una borrachera de goles oportuna antes del parón la primera victoria de la temporada ante el Granada en un duelo en el que resultó determinante Take Kubo, el jugador realista que mejor ha comenzado la temporada.

El japonés no se había entrenado con normalidad durante la semana, pero Imanol eliminó cualquier duda sobre su estado el viernes, dijo que debía meter más goles y logró dos en el primer tiempo. El segundo antes del descanso fue clave nada más empatar el Granada en una jugada desafortunada en su primer acercamiento al área de Remiro. Eso permitió a la Real salir con confianza en el segundo tiempo para sentenciar con dos goles de Zubimendi y Barrenetxea antes de que el japonés provocara el 5-1 con la colaboración de Bosch antes de que Anoeta se rindiera ante él.

Los goles de Lucas Boyé y Bryan Zaragoza en los últimos minutos ante la relajación de los blanquiazules maquillaron un marcador que no recoge lo que fue un partido con una Real muy superior hasta el 5-1.

Imanol dio la titularidad a Kieran Tierney para culminar su primera semana en Donostia en un once en el que además destacaba la elección de Mikel Oyarzabal como delantero centro, con Kubo y Barrenetxea en las bandas. El escocés apuntó en su debut buenos detalles de su calidad.

El entrenador del Granada, Paco López, planteó una defensa de cinco con la línea adelantada y la Real lo aprovechó para marcar pronto el primer gol de Kubo tras recibir un pase de Brais y superar a Raúl Fernández de tiro raso. La Real fue mejor en todo momento y controló bien el partido, pero en su primera jugada de ataque el Granada empató en un corner de Gumbau que no despejó Traoré y entre Le Normand y Lucas Boyé enviaron el balón a la portería. Los blanquiazules reaccionaron bien al golpe y Kubo volvió a marcar con un disparo que golpeó en Carlos Neva e impidió reaccionar a Raúl Fernández. El Granada no remató ni en su gol en todo el primer tiempo.

En ocho minutos, la Real sentenció en el segundo tiempo en un remate de Zubimendi desde la frontal del área en la segunda asistencia de Brais y en un gol al límite del fuera de juego de Barrenetxea, que culminó una combinación entre Zubimendi y Oyarzabal.

Tras el 5-1, Imanol aprovechó la ventaja para realizar los cambios y Momo Cho, sobre todo, y Sadiq no estuvieron acertados. Eso, unido a la relajación local y a una prolongación exagerada, permitieron al Granada marcar dos goles.