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DIADA NACIONAL DE CATALUNYA

Una multitud pide unidad para lograr la amnistía y la autodeterminación

Miles de personas se manifestaron en la Diada para exigir que ERC y Junts aprovechen la coyuntura y exijan a Pedro Sánchez el fin de la represión y un referéndum vinculante que permita al pueblo catalán decidir su futuro político. En una demostración de fuerza, las entidades soberanistas se conjuraron para reactivar en la calle el pulso con el Estado.

Alguna ikurriña se dejó ver entre la habitual marea de esteladas. (Pau BARRENA | AFP)

«La amnistía es una autoenmienda del Estado y el independentismo tiene ahora la oportunidad de buscar vías de resolución del conflicto. Instamos a nuestros representantes a estar a la altura del momento». Con estas palabras, dirigidas a ERC y Junts, el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, terminaba su discurso matinal frente al monumento a Rafael Casanova, símbolo de la resistencia de aquella Barcelona sitiada por las tropas de Felipe V en 1714. Eran los preliminares de una Diada en la que las entidades soberanistas alzaron la voz para reclamar que ambas formaciones con representación en el Congreso español aprovechen la aritmética surgida de las elecciones del 23 de julio para forzar al PSOE a abrir la carpeta de la amnistía y la posibilidad de que Catalunya ejerza el derecho a decidir.

Esta doble demanda acaparó los discursos de la jornada, en particular durante la marcha que, mediante cuatro columnas, colapsó los puntos cardinales de la ciudad que simbolizaron los cuatro ejes de la causa catalana: Llengua, Sobirania, Llibertat y País. La movilización, convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), acabó llenando la plaza de España (rebautizada como plaza 1 de octubre), confirmando la apuesta de la sociedad civil por abrir esa ventana de oportunidades que ofrece la negociación con Pedro Sánchez. Con el fin de aunar fuerzas, las plataformas soberanistas han articulado el denominado Pacte Nacional del Moviment Civil per la Independència, en cuyo seno se agrupan, además de Òmnium y la ANC, el Consell de la República, la Assemblea de Municipis per la Independencia (AMI) y la Intersindical-CSC.

Este nuevo espacio, afirmaba hace días el veterano escritor y activista Julià de Jòdar, «tiene que realzar el poder de la gente para cambiar la correlación de fuerzas y recordar que la nación prima por delante de diálogos, tratos y acuerdos puntuales». Una opinión que también compartieron los diferentes oradores de la marcha, los cuales hicieron hincapié en que solo la movilización puede arrastrar a ERC y Junts a trazar una estrategia conjunta que obligue al futuro ejecutivo español a promulgar una Ley de amnistía y a convocar, en un período razonable de tiempo, un referéndum de independencia avalado por la comunidad internacional.

«Queremos la independencia y la queremos hacerla efectiva; y eso lo conseguiremos si la gente sale a la calle», indicó Dolors Feliu, presidenta de la ANC. En este sentido, la entidad independentista ya está trabajando para confeccionar una Llista Cívica que se presentaría al terminar la legislatura en Catalunya, prevista para 2025, si las negociaciones en Madrid no prosperan ni las tres formaciones independentistas con representación en el Parlament (ERC, Junts y CUP) no hacen valer su mayoría en él (52% de sufragios y 74 de 135 diputados) para levantar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), suspendida tras el referéndum celebrado en otoño de 2017.

INVITACIONES Y REPROCHES CRUZADOS

En esta atmósfera de emplazamiento a los partidos, ERC y Junts recogieron el guante y, en sus respectivas declaraciones, admitieron la necesidad de fijar acuerdos para encarrilar con garantías las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Pero, pese a esta mutua apelación, unos y otros reivindicaron su papel determinante en el actual escenario político. Así, mientras que los republicanos reiteraron que la Mesa de diálogo y el apoyo a Sánchez en los pasados presupuestos ha permitido «desbrozar el camino» para un eventual acuerdo que resuelva el conflicto, Junts alardeó de que el protagonismo que ha adquirido Puigdemont tras la reunión que celebró con Yolanda Díaz el pasado día 5 en Bruselas ha servido para reforzar la posición catalana en vistas a la negociación para la investidura.

También, en una muestra de rivalidad, ERC reprochó al expresidente en el exilio que se hubiera instalado en el inmovilismo con el «discurso mágico de la confrontación». En su turno, el secretario general de Junts, Jordi Turull, recriminó a Pere Aragonés que intentara liderar en solitario una Mesa de diálogo que, más allá de los indultos y algunas transferencias menores, no ha cosechado ningún logro importante para avanzar en el autogobierno ni dar una salida democrática al contencioso.

Al margen de este rifirrafe, la Diada de este año mostró nuevamente la fuerza del movimiento para reponerse a la desilusión y, esta vez con más determinación, coger las riendas para que la ventana abierta el mes de julio conduzca Catalunya a lograr la amnistía y ejercer el derecho a decidir, dos caras de la misma moneda.



Identidad, poder y memoria

‘‘Una llengua, un sol poble’’

La Diada de este año venía salpicada por las sentencias que imponen el 25% de castellano en las escuelas catalanas, cuyo efecto supone la práctica liquidación del modelo de inmersión que se estaba aplicando, con éxito, desde el año 1983. Un atentado a la cohesión social que, en el País Valencià y las Illes Balears, se ha visto agravado por la decisión de los respectivos gobiernos autonómicos de suprimir el catalán como requisito para acceder a la administración pública. Con el ánimo de denunciar esta ofensiva y reivindicar la unidad del catalán, Òmnium Cultural celebró un acto que, bajo el título ‘‘Una lengua, un sol poble’’, reunió por primera vez a representantes de toda el área lingüística. Participaron miembros de Acció Cultural del País Valencià (ACPV), Obra Cultural Balear (OCB), Òmnium Cultural de la Catalunya Nord, así como Òmnium Cultural de l’Alguer (Isla de Cerdeña).

1-O: vuelven las consultas

El próximo 1 de octubre, coincidiendo con el sexto aniversario del referéndum de independencia, la población de Òrrius (Maresme) ha convocado una consulta para que sus vecinos ratifiquen la declaración de independencia adoptada por el Parlament en 2017. De esta forma, el mundo municipal vuelve a tomar la iniciativa con el fin de movilizar a la ciudadanía en torno al derecho a decidir. Para el alcalde de esta pequeña localidad, Xavier Masgrau, la consulta popular puede ayudar a empoderar nuevamente a la población y animar a otros municipios de la comarca barcelonesa a organizar la misma iniciativa. La decisión de Òrrius se inspira en la consulta que tuvo lugar el 13 de septiembre de 2009 en Arenys de Munt, la cual se replicó en más de 500 localidades y que, junto a la sentencia contra el Estatut en 2010, se convirtió en el germen del Procés.

Muñoz y Allende, un pasado imborrable

A lo largo del 11 de septiembre, tuvieron lugar varios actos de recuerdo al joven Gustau Muñoz y al expresidente chileno Salvador Allende. Sus rostros aparecieron en numerosos carteles y en los parlamentos que se realizaron durante los homenajes que se les tributaron en Barcelona y otras localidades. En el caso de Gustau Muñoz, la organización Arran le dedicó una placa justo en el lugar donde este joven militante de 16 años, miembro del Partido Comunista de España (Internacional), fue acribillado por un agente de la policía al finalizar la Diada de 1978, ahora hace 45 años. Mientras que, en relación a Allende, varias formaciones de izquierdas llenaron la plaza que lleva el nombre del político y líder de la coalición socialista Unidad Popular, muerto el 11 de septiembre de 1973 durante el golpe de estado perpetrado por el general Augusto Pinochet.

‘‘Eines de país’’, el soberanismo en la empresa

Entre las estructuras de soberanía que promueven las entidades independentistas destacan las cámaras de comercio. Un ámbito en el cual, desde hace cuatro años, está interviniendo la plataforma Eines de País, cuyo objetivo es promover la pequeña y mediana empresa catalana y, con la voluntad de reivindicar un Estado propio para Catalunya, dimensionar el déficit fiscal que padece la Generalitat y hacer proyecciones sobre el poder adquisitivo que se dispondría en el caso de contar con una hacienda propia que recaudara y gestionara todos los impuestos de los catalanes. De los días 15 al 20 de septiembre, Eines de País vuelve a concurrir a los comicios de estas entidades con el propósito de copar las 52 vocalías que, para los siguientes cuatro años, conforman el principal órgano de unos entes que, a día de hoy, integran cerca de 400.000 empresas. A.R.