Raimundo FITERO
DE REOJO

Poderes fácticos

Hacía tiempo que no escuchaba, ni leía, ni siquiera escribía, sobre los poderes fácticos que son esos poderes, a veces mitológicos, pero siempre ligados al capital, las iglesias o la comida rápida que están interviniendo desde las oscuridades o las cloacas sobre nuestra vida para hacerla más entable a sus intereses. Pero si este sintagma lo pronuncia Luis Rubiales en una entrevista en inglés (es un decir) con un periodista xenófobo, machista y de ultraderecha, para justificar su retardada dimisión, adquiere un valor testimonial que, por una reacción epidérmica me conduce a una conjura entre Florentino y ese irremediable ser que se llama Víctor Francos y que está al borde del ridículo absoluto al frente del Consejo Superior de Deportes.

Lo que parece obvio es que hemos entrado en un túnel del viento de las paradojas insufribles. Tanto en la política catalana, como en la prensa de mercado de baratijas, ya que la coincidencia entre el comunista arrepentido Federico Jiménez Losantos y el falangista revenido de Juan Luis Cebrián, forma parte de las postales de este inicio de semana que preparan la estrategia del golpismo frío de la derecha española más recalcitrante.

Cuesta asimilar las reacciones contradictorias de los estamentos del fútbol profesional ante la dimisión, porque se han quedado un poco más descosidos y se ve mejor el gran arsenal de funcionalidades tóxicas que se parecen bastante a poderes fácticos dentro del negocio de la alienación mundial sobredimensionada económicamente. La federación es una desfachatez pública, un nido de chupópteros.