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CASO RUBIALES
Entrevista
AITOR LAGUNAS
Historiador, periodista y creador de “Panenka”

«El fútbol puede y debe servir para mejorar los derechos de la ciudadanía»

Aitor Lagunas (Zaragoza, 1980) es historiador y periodista. Es uno de los creadores de la revista ‘Panenka’ en el que aborda «historias de seres humanos que ganan y pierden» con el fútbol como hilo conductor. Además, colabora en distintos medios de comunicación y es una de las voces más destacadas en las mesas de análisis de los debates futbolísticos.

(Aitor LAGUNAS)

 

«Viaje por la Europa de las federaciones futboleras presididas por corruptos, racistas, amiguetes del político de turno o machistas. El sistema está averiado». Así comienza el hilo de tuits que publica Aitor Lagunas en la red social X (antiguo Twitter) para dar muestra de la hegemonía machista, racista, clasista y homófoba que dirige el fútbol, convirtiéndose así «en un reducto de la masculinidad más tóxica, más reacia al cambio, más conservadora en todos los sentidos» que ha sido reflejado en la conducta abominable de un Luis Rubiales que presentó el pasado domingo su carta de renuncia que Lagunas la califica como un «gran monumento al cinismo. Alguien que en su carta de renuncia admite que está dimitiendo porque hay una serie de poderes que le va a impedir volver, la carta de renuncia tiene muy poco valor. Querer dimitir cuando ya te han entregado la carta de despido».

Por qué decide publicar el hilo sobre «los hombres de fútbol»?

Es un hilo que es consecuencia de la curiosidad, de una pregunta que me hice a mí mismo, que es saber cómo estaba el mundo de las federaciones futbolísticas en otros países, en otros estados. Muchas veces cuando hablamos de corrupción, cuando hablamos de abusos de poder, cuando hablamos de clientelismo, parece que siempre tengamos que mirar hacia otros continentes, y no, sin salir de Europa, sin salir del reducto de la cultura clásica y de los derechos humanos y de la democracia y de todo lo que tú quieras, resulta que encontramos más de diez ejemplos de federaciones en las que el fútbol sirve para que gente poco ejemplar trepe, que ocupe cargos que están muy bien remunerados y en los que se atrincheran sin tener el más mínimo respeto por valores que muchas veces el fútbol dice que promueve. Yo como periodista entiendo que el fútbol tiene que servir como herramienta para la mejora social. Es una herramienta muy potente pero es verdad también que el fútbol tradicionalmente ha sido siempre un reducto de todo lo contrario.

La cúpula de la FIFA puede ser la zona cero.

Yo lo que veo aquí es que hay una consecuencia lógica a nivel piramidal, es decir, si la cúpula y el punto más alto de la pirámide está podrido, pues todos los procedimientos son susceptibles de replicar a menor escala lo que ya pasa en la FIFA o lo que ha pasado también históricamente en la UEFA. Hay un momento en la FIFA a finales de los 60 o principios de los 70, coincidiendo con la entrada de un personaje bastante turbio como es Joao Havelange, en que la FIFA abraza directamente ya el negocio, abraza el dinero y a raíz de ello aparecen personas muy interesadas en ese dinero que empieza a fluir hacia la FIFA y algo parecido o similar ha podido pasar también con las federaciones. Las federaciones cada vez se han ido convirtiendo en elementos más poderosos desde el punto de vista económico, con acuerdos de patrocinio, con mucha capacidad de movilización de la sociedad a nivel mediático, porque tienen una prerrogativa que es una concesión pública para un interés privado. Tienen otro elemento añadido que es que las federaciones están constituidas en esa zona sombría entre lo público y lo privado, y es un terreno abonado para que surjan y crezcan las corruptelas.

¿Cree que los presidentes se creen impunes?

El fútbol durante mucho tiempo se ha visto impune, pero no solamente en casos federativos, también en casos de abusos sexuales de jugadores para con mujeres. ¿Cuántos casos se han acallado por vía de acuerdos particulares entre un jugador que había sido acusado de un abuso y la víctima? Muchísimos casos. Tenemos un caso ahora que es el de Dani Alves, que todavía está pendiente de juicio, pero tenemos otro que es el de Robinho, que está ya juzgado y condenado y pendiente de entrar en la cárcel. Venimos ahora de otro juicio que ha sido el de Mendi, el exjugador del Manchester City, que ha tenido como 10 o 12 casos de abusos sexuales. Yo creo que ha habido ahí una impunidad porque el fútbol durante generaciones y generaciones ha sido un reducto de la masculinidad más tóxica, más reacia al cambio, más conservadora en todos los sentidos y afortunadamente todo eso está cambiando y desde luego el escándalo de Rubiales creo que puede servir para que esos cambios se vayan acelerando. Pero todavía vemos cómo entre 550 jugadores que hay en la Primera División española, retando cualquier estadística, no hay un solo homosexual.

Hay una hegemonía masculina, heteropatriarcal y racista.

Simplemente el hecho de que nos llame la atención que haya 19 presidentes de territoriales y ninguno sea mujer, que haya 140 asambleístas en la Asamblea estatal y solamente 6 sean mujeres, creo que ya son elementos suficientes para exigir que esto cambie. Se dice mucho que el fútbol no se tiene que politizar. El fútbol puede y debe servir para hacer buenas políticas, para mejorar los derechos de los y las ciudadanas. Yo creo que eso difícilmente es rebatible y en este caso concreto, afortunadamente, existe ahora un acompañamiento político y jurídico que, por ejemplo, permite que Jenni Hermoso haya podido denunciar y que lo que ha hecho Rubiales esté tipificado como delito. El fútbol, como tantas otras cosas, refleja los cambios políticos y sociales de una sociedad. Muchos por convicción y bastantes por conveniencia, están asumiendo el discurso mayoritario de esta sociedad, que es que actitudes como la de Rubiales son absolutamente impresentables y no son deseables.

Varios presidentes de los clubes enseguida se mostraron contrarios a Rubiales pero tengo mis dudas de si esto no es un nuevo capítulo de la guerra entre Rubiales y Tebas.

No me creo ni la mitad de las palabras indignadas ni de muchos periodistas ni de algunos presidentes de clubes que como tú dices tienen sus cuentas pendiente con la Federación. Tenemos algunas palabras sorprendentemente indignadas de algunos clubes que no te lo esperabas y también tenemos lo contrario. La Federación teje un sistema clientelar que hunde sus brazos en ámbitos muy diversos. Desde los patrocinadores, algunos de los cuales todavía, que yo sepa, no han dicho nada y pongo en primera línea a Adidas, que lo último que tuiteó fue una fantástica campaña de marketing preguntándole al público si ahora ya empezábamos a tomarnos en serio el fútbol femenino, pero que en cambio parece que no se han tomado en serio los abusos de Luis Rubiales.

En su podcast “Brazalete Negro” tiene un capítulo sobre las agresiones sexuales en el fútbol. En él reflexionaba que ni una liga debería nunca tapar un abuso; un Mundial tampoco, ¿no?

Este discurso de qué pena que por este escándalo no estemos hablando del éxito que supone ganar un Mundial, me suena como a tratar de quitarle hierro al asunto que para mí tiene mucha más trascendencia. Con todo el esfuerzo y el enorme crecimiento que ha experimentado el fútbol femenino en España en la última década, para mí hay algo que es mucho más importante que es que realmente la sociedad se vaya dando cuenta de cómo están cambiando los valores y la cultura. El escándalo de Rubiales, que fue intolerable, no ensombrece en absoluto el Mundial conseguido por la selección española, sino que al revés, le añaden una capa más porque ha dejado algo para mí mucho más trascendente que un título deportivo. Ha dejado una eclosión social. Una situación derivada de un partido de fútbol, acaba llegando a todos los recovecos de la sociedad. ¿Qué más potente que eso? Creo que no hay nada. Ahora las niñas van a tener muy claro que van a crecer con una ley que les ampara y con la potestad de poder denunciar a todo aquel que les bese cuando ellas no quieren. Yo creo sinceramente que esto es mucho más importante que un Mundial de fútbol.