Koldo LANDALUZE
VERANO EN ROJO

Los demonios de la Iglesia

Bajo la dirección de Belén Macías, conocida por su trabajo en películas como “El patio de mi cárcel” y “Marsella”, y tomando como referencia la novela homónima de la periodista Berna González Harbour, “Verano en rojo” se presenta como un thriller policial que aborda su trama desde dos perspectivas complementarias: la investigación periodística encarnada por un veterano cronista, superado por la era digital, y la labor policial liderada por una comisaria.

Estos dos enfoques -encarnados en Jose Coronado y Marta Nieto- confluyen en la motivación de desvelar las atrocidades perpetradas desde la estructura de poder eclesiástica que durante décadas encubrió múltiples casos de pederastia.

UNA HISTORIA LINEAL

La película carece de garra en su esencia. No logra generar tensión ni en la forma en que se desarrolla la investigación ni en la manera en que se dosifica la información, la cual nos llega de manera predecible. Además, el caso en sí mismo no presenta nada extraordinario; en lugar de ofrecer una historia impactante, se limita a reunir una serie de detalles y situaciones criminales que ya hemos visto en numerosas ocasiones y presentarlas de manera bastante mecánica. La película toma la decisión de no centrarse en el “quién es el asesino”, una opción que sobre el papel hubiera podido resultar interesante, pero no ofrece otros elementos que atrapen al espectador.

La estructura dramática del guion es meticulosa y correcta, pero la película se pierde en una narrativa muy lineal y sin chispa, con una atmósfera poco destacada -a pesar del potencial de la ubicación en Nafarroa-, un estilo visual genérico y una trama que nos recuerda demasiado a otras historias anteriores. A ello se suma un diseño de personajes aceptable pero muy arquetípico.