Raimundo FITERO
DE REOJO

Parecidos más que razonables

En una misma sesión de terapia de choque se ve a Mohamed VI visitar un hospital y a Josemaría Aznar proclamando una rebelión golpista. En lo de Marruecos es absolutamente impactante cómo es recibido el monarca en la puerta por varones adultos, supuestamente responsables del establecimiento, vestidos con ternos que le besan la mano. Lo habíamos visto con visitas papales y de otras jerarquías eclesiásticas, pero estas genuflexiones a un rey no lo teníamos subrayado en nuestro archivo de reverencias babosas. Estamos hablando de una teocracia y este individuo es el dueño de vidas y haciendas. Y primo de los Borbones.

Lo de Aznar es un acto de soberbia superior. Habla como si tuviese alguna autoridad más allá de su tribu, esa banda de corruptos desmemoriados. En este rincón venimos advirtiendo del lenguaje preparatorio para un golpe frío, tibio, caliente, pero algo que interrumpa la decisión democrática como ya se está produciendo en el terreno de las togas. Ahora están tocando a rebato y subiendo el tono de manera que un día volverán las banderas victoriosas mientras la inmensa mayoría estaremos mirando la calva de Rubiales. Hoy debo decir que esta precisión en declaraciones de expresidentes y otras fuerzas reaccionarias dan un poco de miedo. Van a salir a manifestarse contra algo que no existe. Y con mensajes nítidamente golpistas. Alerta.

Libia se ahoga. Las dos orillas del Mediterráneo sufren las consecuencias de la ebullición climática. En la parte pobre el drama se amplifica. Los miles de muertos y desaparecidos son apabullantes. Solidaridad activa.