Cuba se reivindica en la cumbre del G77+China en La Habana
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, reiteró ayer el apoyo del país al multilateralismo y pidió, en la apertura de la cumbre del G77+China, una «democratización» de las relaciones internacionales, incluida Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, llamó al Sur Global a «alzar la voz para que el mundo funciones para todos».
La Habana acoge desde ayer y hasta hoy la cumbre del Grupo de los 77 y China (G77+China), que representan dos tercios de los países miembros de Naciones Unidas y cerca del 80% de la población mundial, y en la que una treintena de jefes de Estado y cerca de un centenar de delegaciones de las naciones del Sur Global debatirán sobre ciencia y tecnología para el desarrollo, pero también se espera que dialoguen sobre el medio ambiente y el orden económico mundial.
En la cita de Cuba, que ocupa la Presidencia pro-tempore del foro, se espera llegar a acuerdos y estrategias conjuntas de cooperación para el desarrollo y acordar una declaración final que plantee la necesidad de una «reforma de la arquitectura financiera internacional, la eliminación urgente de medidas coercitivas unilaterales y el establecimiento de un nuevo orden económico internacional».
El G77+China es el mayor foro de concertación y diálogo en el marco de la ONU, que agrupa a toda América Latina y el Caribe -salvo México, que pidió ayer reincorporarse-, África, Oriente Medio y gran parte de Asia -sin Rusia-. Por eso, el evento supone un éxito diplomático de La Habana, aunque también un enorme reto logístico y económico.
«EL MUNDO ESTÁ FALLANDO»
En su intervención en la apertura de la cumbre, el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó al Sur Global a «alzar su voz para luchar por un mundo que funcione para todos» y a defender un sistema basado en la igualdad.
«Ahora se ven enredados en una maraña de crisis mundiales. La pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor. Los precios están disparados, la deuda es exorbitante y los desastres climáticos son cada vez más frecuentes. Los sistemas y los marcos mundiales les han fallado. La conclusión está clara: el mundo le está fallando a los países en desarrollo», aseguró.
Instó a los miembros del G77+China a apoyar las iniciativas de la ONU en gobernanza global, cambio climático y desarrollo tecnológico.
«Para cambiar esta situación, necesitamos medidas a nivel nacional que garanticen la buena gobernanza, movilicen recursos y den prioridad al desarrollo sostenible. Y necesitamos medidas a nivel global que respeten la titularidad nacional, con miras a construir un sistema internacional que defienda los derechos humanos y vele por el interés común», señaló Guterres.
En un guiño a los países en desarrollo, recordó que muchas organismos internacionales reflejan «épocas pasadas» y llamó a actualizar el Consejo de Seguridad de la ONU, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, entre otros.
«CAMBIAR LAS REGLAS DE JUEGO»
Durante su discurso inaugural, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, llamó a la «democratización» de las relaciones internacionales, también de Naciones Unidas, para atender al Sur Global en un contexto de «crisis multidimensional« en el mundo.
Subrayó la necesidad de «cambiar las reglas del juego» en favor de los países en vías de desarrollo que, a su juicio, son las «víctimas principales» del comercio, las finanzas internacionales y el «intercambio desigual», además de la «brecha científica» y de la crisis climática.
Asimismo, aseguró que el actual «orden internacional» es «injusto e insostenible» y que, sin atender «esos temas», no será posible «alcanzar el desarrollo sostenible» al que los países del G77+China tienen derecho.
Díaz-Canel citó como ejemplo las carencias con las que las delegaciones presentes se pueden encontrar en la isla debido a seis décadas de bloqueo impuesto por EEUU. Subrayó que esas sanciones son parte de un «cerco reforzado» que deriva de un «injusto orden internacional» del que Cuba no es el único perjudicado.
El miembro del comité permanente del politburó del Partido Comunista de China (PCCh), Li Xi, defendió, por su parte, intensificar la cooperación sur-sur para promover el desarrollo económico, pero «respetando las características» de cada país, en línea con su política de no injerencia en los asuntos internos de otras naciones. «Entre todos podemos apostar por la paz y el desarrollo globales», señaló.