Irán conmemoró ayer el primer aniversario de la muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por la llamada policía de la moral por incumplir el estricto código de vestimenta vigente en el país con un enorme despliegue de seguridad y una represión que ni siquiera permitió a la familia visitar su tumba.

«Amjad Amini está bajo arresto domiciliario», informó la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights (IHR), en referencia al padre de la joven.

«Las fuerzas de seguridad le impiden visitar la tumba de su hija Jina Mahsa Amini en el aniversario de su asesinato», añadió la organización opositora, que indicó que la casa familiar estaba «rodeada de fuerzas militares» en Saqez, en el Kurdistán iraní (Rojelat), para impedir que salieran de la vivienda y realizar una ceremonia religiosa para conmemorar la muerte de la joven.

Por la mañana, el padre de Amini fue detenido durante unas horas para advertirle contra una conmemoración en público, denunció IHR.

La fuerzas de seguridad impusieron, además, fuertes restricciones en el cementerio Aichi, donde está enterrada la joven de 22 años y donde comenzaron las protestas.

La agencia oficial iraní, IRNA, negó la detención de Amjad Amini y afirmó que las noticias sobre su arresto tenían como objetivo «incitar a la población a protestar».

Horas después, las fuerzas de seguridad iraníes dijeron haber «frustrado» un ataque contra Amjad Amini y detuvieron a varias personas. Las fuerzas de seguridad arrestaron a «varios miembros de un grupo terrorista que querían asesinar a Amjad Amini», indicó IRNA citando al vicegobernador de la provincia de Kurdistán, Mehdi Ramezani, quien no dio detalles sobre el «grupo terrorista».

IRNA señaló que el intento de ataque tuvo lugar mientras Amjad Amini visitaba la tumba de su hija en el cementerio.

Por su parte, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, se reunió con familiares de miembros de las fuerzas de seguridad que murieron en las protestas.

En las últimas semanas, las autoridades han intensificado las advertencias y medidas represivas para evitar que el aniversario de la muerte de la joven provoque nuevas manifestaciones con más reclamaciones de libertades.