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OPERACIÓN MILITAR DE AZERBAIYÁN

Nagorno Karabaj se rinde al ataque azerí ante la inacción rusa

Nagorno Karabaj se rindió a las tropas azerbaiyanas 24 horas después de que Bakú lanzara una ofensiva sobre este enclave de mayoría armenia y ante la pasividad de la misión rusa encargada de garantizar la paz. Las autoridades karabajíes aceptan así la integración en Azerbaiyán, que ha provocado ya el éxodo de al menos 10.000 personas.

Edificio de viviendas alcanzado por los proyectiles azerbaiyanos en Stepanakert. (AFP)

La República de Artasj, la entidad que se autogobierna en el enclave de Nagorno-Karabaj desde hace 32 años, dejará de existir después de que ayer accediera a todas las condiciones exigidas por Azerbaiyán para detener la operación militar que lanzó sobre el territorio. Artasj había proclamado su independencia en 1991, poco antes de la desintegración de la URSS con el apoyo de Ereván.

Además de su propio desarme, aceptará a reintegración de este territorio de mayoría de población armenia a Azerbaiyán, lo que supone una rápida y total rendición.

La ofensiva militar -con cohetes drones, artillería y aviones militares- provocó al menos 200 muertos -entre ellos cinco niños- y 400 heridos, pero apenas duró 24 horas dada la aplastante superioridad azerbaiyana, con un sofisticado armamento y el apoyo expreso de Turquía.

Al otro lado, los armenios de Karabaj estuvieron solos. Solo lograron llamamientos diplomáticos al cese el fuego mientras la misión de paz rusa se limitó a observar el avance azerí y a evacuar a más de 7.000 civiles de 16 localidades.

El presidente azerbaiyano, el autócrata Ilham Aliev, logra así un importante triunfo en su deseo de hacerse con el control de esta región predominantemente poblada por armenios y que fue escenario de dos guerras, una de 1988 a 1994 y otra en otoño de 2020.

En detalle, el acuerdo firmado ayer prevé «la retirada de las unidades y soldados restantes de las fuerzas armadas de Armenia» -aunque Ereván sostiene que desde 2021 no hay tiene fuerzas desplegadas- y «la disolución y el desarme completo de las formaciones del ejército de defensa de Nagorno Karabaj».

Las primeras conversaciones sobre «la reintegración» a Azerbaiyán de este territorio comienzan hoy mismo en la ciudad azerbaiyana de Yevlakh. Nagorno Karabaj ya había perdido una tercera parte de su territorio y zonas aledañas en la guerra de 2020.

Bakú ha prometido un proceso «pacífico». Por su parte, el contingente «de paz» ruso garantizará la implementación de la entrega de las armas.

10.000 EVACUADOS

En la negociación también se abordará la seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj, que temen que Bakú continúe la política de turquización y lleve a cabo un cambio demográfico. Un temor que aumenta con el anuncio de las autoridades azerbaiyanas de la apertura de corredores para evacuar a los karabajíes que quieran refugiarse en Armenia.

Las autoridades de Nagorno aseguraron que más de 10.000 personas habían abandonado ya ayer el territorio.

En su momento, Bakú había conminado a los karabajíes a aceptar la ciudadanía azerbaiyana para seguir viviendo en la región, una línea roja para muchos armenios, dada la enemistad histórica entre ambos pueblos.

Ereván ha exigido al contingente ruso la responsabilidad de proteger a la población armenia pero la actuación de Moscú hasta ahora no da lugar a muchas esperanza. Rusia ejerció de mediador en la rendición pero no actuó para detener la ofensiva azerbaiyana y abandonó a su suerte a la población armenia, una acusación que se puso de relieve en las manifestaciones ante la embajada rusa en la capital de Armenia, Ereván.

El Kremlin se defendió asegurando que esta acusaciones «son absolutamente infundadas» y que el propio primer ministro armenio, Nikol Pashinian, reconoció hace meses que este enclave «es parte de Azerbaiyán». «De iure se trata de acciones de la república de Azerbaiyán en su propio territorio», afirmó su portavoz, Dmitri Peskov.

CRISIS EN ARMENIA

Los manifestantes también acusaron a Pashinian por esta derrota. Ayer continuaron las protestas y la Federación Revolucionaria Armenia, el segundo partido opositor, anunció un proceso de impugnación contra el primer ministro.

El Gobierno armenio había denunciado una «agresión a gran escala» con fines de «limpieza étnica», pero daba por hecha la pérdida del enclave y su imposibilidad de actuar en un territorio que no es oficialmente suyo ante su clara inferioridad militar, el abandono de su tradicional aliado ruso y el único apoyo de las declaraciones de la diplomacia occidental.

Pashinian denunció llamamientos a un golpe de Estado, mientras se producían enfrentamientos entre manifestantes que pedían su dimisión y la Policía frente a la sede del gobierno. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, había instado el martes al cese inmediato de los combates, una petición que reiteraron los gobiernos francés, estadounidense o alemán, entre otros.

Pero el presidente azerbaiyano, apoyado por su aliado turco, los ignoró e insistió en que la ofensiva solo terminaría con la rendición total. Ayer el Gobierno azerí manifestó que, tras la capitulación karabají, una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU es ya innecesaria y resultaría «ineficaz y perjudicial».



La fuerza del petróleo frente a la diáspora

Azerbaiyán, gracias a su fortuna petrolera, se ha empeñado en mejorar su imagen en el mundo para borrar su reputación de autoritarismo y nepotismo. Al estilo de las petromonarquías del Golfo, ha invertido en patrocinio, especialmente en fútbol, y acoge un Gran Premio de Fórmula 1 desde 2016. En 2022, en el contexto del conflicto en Ucrania, se ha convertido en socio privilegiado de Europa, como proveedor sustituto de hidrocarburos frente a Rusia. Además su relación con el panturco Recep Tayyip Erdogan, que tiene ambiciones geoestratégicas en el Cáucaso y en Asia Central, le asegura el respaldo de Ankara en el conflicto con Armenia y, de rebote, el de Moscú, que, pese a la a relación histórica con Ereván, evita provocar a Turquía. Además, Rusia vende armas a ambas partes.

Armenia, por su parte, apenas cuenta como elemento de presión con una diáspora vasta e influyente, heredera de refugiados de las represiones otomanas (Kim Kardashian, Charles Aznavour, Cher, Youri Djorkaeff...), sobre todo en Estados Unidos y en el Estado francés.GARA