Joseba ITURRIA
DONOSTIA
VUELTA DE LA CHAMPIONES LEAGUE A ANOETA DIEZ AÑOS DESPUÉS

Lautaro Martínez impide un triunfo que la Real mereció hasta entonces

El equipo blanquiazul fue muy superior al actual subcampeón de la competición hasta el minuto 75, se adelantó en el inicio del partido con un gol de Brais Méndez y tuvo opciones suficientes para sentenciar. No las aprovechó y Lautaro Martínez empató en la primera del Inter, que a partir de ahí acorraló a los de Imanol, que no pudieron culminar una noche espectacular en Anoeta.

Brais Méndez, Kubo y Merino celebran el gol del gallego en el inicio del partido.
Brais Méndez, Kubo y Merino celebran el gol del gallego en el inicio del partido. (Jon URBE | FOKU)

La Real no pudo culminar con una victoria el gran partido que jugó hasta el minuto 75 en el inicio de su andadura en la fase de grupos de la Champions League contra el teórico rival más fuerte, el Inter, que fue superado por un equipo blanquiazul que mereció un mejor resultado hasta el gol de Lautaro Martínez. En el otro partido del grupo, el Salzburgo, próximo rival de los blanquiazules, ganó 0-2 al Benfica.

El equipo guipuzcoano tuvo opciones y juego suficientes para conseguir una goleada, pero solo marcó el tanto de Brais en los primeros minutos y eso mantuvo vivo en el partido al Inter hasta el final. Hasta el 1-1 no generaba ninguna oportunidad y la única inquietud llegó con un tanto anulado por fuera de juego de Thuram en el 78. Pero Inzaghi sacó titulares frescos en los últimos minutos, Imanol los utilizó a todos desde el inicio y el equipo realista perdió con los cambios defensivos al dar entrada a Álvaro Odriozola y Jon Pacheco por Kubo y Brais para acabar muy replegados con cinco defensas y permitir al Inter empatar con el gol de Lautaro Martínez en el minuto 86 y dominar a partir de ahí.

Fue una pena porque hasta los últimos 20 minutos de partido la Real había sido muy superior y el líder de la Serie A italiana, que llegaba a Anoeta tras ganar 4-0 a la Fiorentina y 5-1 al Milan en sus dos últimos partidos como líder de la Serie A con doce puntos, no fue capaz de superar la presión ni la defensa replegada de la Real.

UNA PENA

El gol del delantero argentino y la falta de acierto de los blanquiazules en sus opciones impidieron que la fiesta fuera completa en Anoeta en una jornada en la se vivió la motivación de los aficionados y de los jugadores por dar el mejor nivel en la máxima competición europea.

Espoleada por esa magia de la Champions, con su himno y sus estrellas, y por su público, el comienzo de la Real fue espectacular, con un centro de Barrenetxea que cabeceó Merino y un disparo del donostiarra al poste antes de que ese trabajo de Mikel Oyarzabal que el día anterior elogiaba Imanol ayudara a Brais Méndez a robar el balón para superar a Sommer de buen disparo.

El gol permitió aumentar un par de grados más la temperatura de la caldera de Anoeta, generó dudas al Inter en su intento de jugar el balón desde atrás en la misma medida que aumentaba la confianza de los blanquiazules y les daba tranquilidad para manejar el partido con el marcador a favor.

La Real defendió bien tanto en la presión en campo rival, como replegada, no concedió ninguna oportunidad de gol en todo el primer tiempo, que acabó en el área del Inter con un centro de Kubo con la derecha que cabeceó Le Normand fuera, un disparo de Oyarzabal al larguero en acción anulada por fuera de juego y un tiro de Kubo que despejó Sommer.

MÁS OPCIONES

La segunda mitad comenzó igual, con dos buenas opciones de la Real en una falta lanzada por Brais que despejó el portero del Inter a un saque de esquina en el que De Vrij golpeó a Le Normand, penalti no sancionado por el árbitro ni el VAR, Merino prolongó y Oyarzabal volvió a poner a prueba a Sommer.

Era tan grande la superioridad de la Real que Simone Inzaghi introdujo un triple cambio con la entrada de tres jugadores que se esperaban en el once inicial como Dimarco, Frattesi y Thuram. Imanol repitió el mismo once alineado en la victoria ante el Granada y el domingo en el Bernabéu, mientras que el técnico del Inter, a pesar de tener un día más de descanso, hizo cinco cambios con respecto al que ganó el sábado 5-1 al Milan y se notó en los cambios después.

El inglés Michael Oliver expulsó en el minuto 65 a Barella con roja directa y el VAR le obligó a reconsiderar su decisión porque no hubo una agresión, sino que el italiano intentaba liberar la pierna mientras se la sujetaba el gallego con las suyas. Enseguida la Real tuvo otra clara opción en un corner de Kubo rematado al larguero por Merino. .

Después Imanol optó por dar sus primeros minutos a Odrizola en la posición de Kubo y luego a Pacheco como tercer central en lugar de Brais para defender la ventaja. Los cambios no tuvieron efectos positivos y Lautaro Martínez demostró que tiene todo el gol que le faltó ayer a la Real, que al final incluso tuvo que dar por bueno el empate.



Un ambiente especial

El Reale Arena rozó el lleno en su primer partido de la máxima competición desde su remodelación con ese ambiente especial que se vive cuando se escucha su música y sus estrellas iluminan el campo. No se han registrado incidentes, a diferencia de lo que sucedió en marzo con la Roma, porque sus ultras, siempre rodeados de ertzainas, no los provocaron a diferencia de lo que pasó en marxzo con la llegada de aficiinados radicales del la Roma que se unieron a otros de equipos de la LIga española.

En su bautismo en la Champions League el ambiente fue espectacular. Todo el campo lleno coreó los nombres de sus jugadores mientras se encendían y apagaban las luces cuando desde la megafonía se daba la alineación antes del inicio del partido. Luego todos loa aficionados cantaron a capela el himno blanquiazul mientras formaban un mosaico con los colores de la Real y de la ikurriña antes de pasar a cantar al himno de la Champions mientras en el centro del campo se agitaba el logo de la Champions con sus estrellas. .

Se notaba que era un partido especial desde horas antes en las inmediaciones del campo. El tiempo, las ganas de Champions y los problemas de aparcamiento llevaron a muchos a acercarse un miércoles a la tarde como si fuera un domingo y solo faltó la guinda del triunfo tras un buen partido. J.I.