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IRUÑEA, DE FIESTA

Alde Zaharra se despide de San Fermín Txiki con gafas de sol

La procesión y la “ezpata-dantza” de Duguna fueron los actos más vistosos de la mañana del domingo, día en que terminaron las fiestas de San Fermín de Aldapa. A pesar de las trabas del Ayuntamiento contra varios actos y de la -fallida- persecución económica contra la organización, las fiestas se caracterizaron por el buen ambiente y el buen tiempo.

Caravinagre dándole su merecido a un aita y, a la derecha, los dantzaris de Duguna recorriendo la calles del centro de Iruñea. (Iñigo URIZ | FOKU)

Desde que la corporación txiki lanzó el cohete junto al viejo palacio de los reyes de Nafarroa, en este fin de semana se ha visto casi de todo por las calles de Alde Zaharra, sobre todo si se suman a los kilikis repartiendo leña por el día los los gigantes de la noche que se apelotonaban en la carpa de los conciertos. Finalmente, la celebración se cerró ayer entre espadas y cascabeles, cuando como cada año los dantzaris de Duguna recorrieron las calles al término de la procesión.

Ahora bien, si un baile ha marcado esta edición de las fiestas de Alde Zaharra, este fue el «bailongo reivindicativo» realizado el sábado al mediodía. En él se denunció que el Ayuntamiento repartiera avisos a sociedades denegando los permisos para las actividades que habían preparado (y contratado en algunos de los casos) para este fin de semana. Una censura que llega en línea con la que el consistorio lanzó dos meses atrás contra los actos preparados por la herriko de la calle de El Carmen, forzándola a cancelar toda su programación sanferminera.

FIESTA A PESAR DE TODO, QUE ES LO QUE IMPORTA

Juzgar cómo han ido las fiestas de San Fermín Txiki en función de cómo se comporta el Ayuntamiento, no tiene demasiado sentido. El trabajo de la comisión junto a la implicación ciudadana y de las asociaciones y comercios son lo que de verdad hace que estas fiestas funcionen. Y otro año más, han vuelto a funcionar.

Niñas y niños rieron con Porrotx y corrieron delante de toros chisporroteantes y de los temibles kilikis. Hubo dantzas y bailes, encuentros, comidas, conciertos. Y, en resumen, las fiestas volvieron a convertirse una excusa para juntarse.

Todo esto fue favorecido por el buen tiempo. Ayer, a la hora del vermú, pegaba fuerte el sol. Esto hizo bastante populares las gafas de sol, que servían para protegerse de los potentes rayos, pero también para disimular el cansancio en los ojos de los que habían dormido menos.

Así las cosas, es un error que el protagonismo de las fiestas recaiga en qué hace el Ayuntamiento (Ibarrola se estrena en la misma línea que su predecesor, Enrique Maya) sino en cómo el barrio se recompone y responde.

En este sentido, la comisión de fiestas informó de que el TAN les ha brindado una importante victoria. Como adelantó NAIZ, no tendrán que devolver el dinero percibido por los actos de San Fermín Txiki del año pasado y que el consistorio les pretendía quitar a causa de unos anuncios de pago incluidos en el programa.