Amalur ARTOLA
DONOSTIA

De la poética del duelo en hokkien al colonialismo francés

Las cineastas Ping-Wen Wang y Tzu-Hui Peng.
Las cineastas Ping-Wen Wang y Tzu-Hui Peng. (Jon URBE | FOKU)

El guionista y director francés de origen marroquí Robin Campillo vuelve a Zinemaldia con ‘‘L'île Rouge’’ tras visitar el festival en 2012 como guionista y montador de ‘‘Foxfire’’ (Sección Oficial). En esta ocasión nos traslada a una base militar francesa en Madagascar, para ser testigos, a través de la mirada de un niño, del día a día de los militares y sus familias. La cinta, mediante detalles sutiles, pone el acento en la colonización, en cómo viven los nativos la supremacía de los franceses.

En rueda de prensa, su director explicó que «es un película sobre la violencia oculta». Su intención era la de hacer «un retrato del paraíso» en el que existe «un tipo de violencia que es difícil de definir», y optó por presentarla a través de la mirada de un niño porque «él no está seguro de lo que está viendo.

Campillo creció en bases militares, primero en su Marruecos natal, luego en Argelia y también en Madagascar, y ha contado que se ha basado en esos recuerdos de la niñez para construir tanto la historia como los personajes. Ha recordado que vivir en estas bases era «como un cuento de hadas, incluso los mayores eran como niños», recordó. En la película, ese cuento de hadas está representado por Fantômette, un personaje de cómic francés que el director consumía cuando era niño.

TRADICIÓN Y DUELO

Por su parte, las taiwanesas Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang presentaron en Sección Oficial su ópera prima, ‘‘Chun xing’’, un retrato sobre la desaparición de la familia tradicional china y el duelo, mostrado a través de los ojos de un anciano. La cinta esta rodada en hokkien o taiwanés, idioma que se está perdiendo.

Tzu-Hui explicó que se inspiraron en sucesos reales: «Se dan casos de gente que fallece y sus familiares guardan el cuerpo en sus casas. Eso sucede en Taiwán y a veces es noticia. A veces hay cosas que no queremos soltar, nos aferramos a sentimientos. Esta es una película sobre aquello que no se ve». Las cineastas detallaron que optaron por filmar en 16 mm. porque «en esta época de rapidez y modernidad en la que todo es inmediato, queríamos darle un toque conservador», y rodar en hokkien era importante para ellas: «Cuando el Partido Nacionalista Chino llegó a Taiwán impusieron la política de que en las escuelas solo se hablara chino mandarín. Admiramos a quienes lo siguen hablando y queríamos homenajearlos».