El primero de los atentados que ayer golpearon Pakistán ocurrió cerca de una mezquita en el distrito de Mustang, en Baluchistán, con al menos 52 muertos y más de 50 heridos. Un kamikaze se inmoló en el lugar, repleto de personas que se preparaban para celebrar el Eid-e-Miladun Nabi, aniversario del nacimiento de Mahoma. Entre las víctimas mortales se encuentran varios policías, incluido un oficial de alto rango.

Con apenas unas horas de diferencia, tuvo lugar un segundo ataque en otra mezquita de la ciudad de Hangu, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en el noroeste del país, dejando al menos 4 muertos y 12 heridos. Este atentado, cometido por al menos dos kamikazes, también ocurrió cuando en la mezquita ubicada dentro de un perímetro policial en Hangu se encontraba un gran número de fieles.

El Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo de los talibanes paquistaníes, se desmarcó de los ataques y aseguró que no tiene como objetivo lugares de cultos o civiles.

Esta es la segunda explosión que se produce en Mustang este mes. El pasado 14 de septiembre, once personas, entre ellos el líder partido religioso Jamiat Ulema Islam (JUI), Hafiz Hamdullah, resultaron heridas a causa de una explosión cerca del vehículo en el que viajaban. Esta formación política también sufrió a finales del pasado julio un ataque suicida durante un mitin político, que causó al menos 63 muertos y 120 heridos, y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico de Khorasan (ISKP).

Organizaciones integrisas como el TTP y el ISKP rechazan la celebración del Eid-e-Miladun Nabi, que va en contra de su propia interpretación del islam.

Baluchistán es escenario habitual de violencia, con la presencia de grupos armados independentistas, facciones de los talibanes y grupos yihadistas. Khyber Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán, cuenta con una mayor presencia del TTP, aliado de los talibanes afganos.