Defender, correr y ganar. Después de 15 minutos de un derbi igualado, Saski Baskonia apretó en defensa, gracias a ello logró escaparse en el marcador y tras el descanso, el derbi no tuvo color. Surne Bilbao Basket continúa un año más sin rascar nada del Buesa Arena, y lo cierto es que desde el momento en que su desventaja llegaba a los dobles dígitos, bajaron la cabeza, convirtiéndose en la víctima propiciatoria de un Saski Baskonia necesitado de sensaciones tras su derrota en Murcia.

Con todo, aparte de los 16 puntos de Markus Howard -que casi ni jugó tras el descanso-, Khalifa Diop y Rogkavopoulos, dieron muestras de lo que pueden ofrecer, siendo el showman Chima Moneke el MVP del partido.

«Sobre todo me quedo con la solidez defensiva del equipo, entre el minuto siete hasta el minuto 35. Esa defensa nos ha valido para tener juego en transición y obtener canastas sencilla que nos ha dado la victoria», resumía Peñarroya.

El derbi arrancaba a toda velocidad, con menos tensión ambiental de lo que pudiera esperarse pero con un ambiente muy sano, con los espectadores un poco a la expectativa, algo lógico en un derbi tan temprano en el calendario.

Por primera vez en años, Bilbao Basket se llevó el primer cuarto, un 18-20 que hizo justicia a un período en el que los «hombres de verde pistacho» llevaron la iniciativa en el marcador aunque siempre con ventajas escasas, en una suerte de intercambio más o menos de tanteo. De hecho, el ritmo por momentos alocado del duelo pareció conformar a los dos equipos, asumiendo unos ataques por momentos vertiginosos con un ritmo de rotación a la par.

El derbi empezó a romperse mediado el segundo cuarto. Un matazo de Khalifa Diop despertó un tanto a Saski Baskonia. La entrada en calor de un Markus Howard y la mejoría en defensa de los de Peñarroya dio la primera ventaja considerable a los gasteiztarras, un 36-29 que obligó al técnico visitante a parar el partido, con un derbi algo desangelado todavía a menos de dos minutos de alcanzar el descanso.

Un triple a la contra de Markus Howard -13 puntos casi sin esfuerzo en los 20 primeros minutos- disparaba a Saski Baskonia 39-29, frente a un Bilbao Basket incapaz de superar el paso adelante defensivo que, de la apuesta física liderada por los Miller-McIntyre, Diop y Costello, impuso el cuadro de Zurbano.

Al final, tras desecar el ataque bilbaino más de cinco minutos y medio -tras el triple de Kullamae, los hombres de negro solo sumaron tres tiros libres-, los locales pudieron ir a los vestuarios ganando por 40-31. En estos 20 minutos, los bilbainos cometieron 11 pérdidas -para un total de 16-, 7 de ellas robos del Baskonia.

SIN PARTIDO

Resultó extraño ver cómo se desarrollaron los acontecimientos tras el receso, en buena medida porque a Saski Baskonia le bastó defender a un nivel aceptable y correr para irse en el marcador ante un Bilbao Basket sin fluidez en ataque, para más inri, se dejaba la mitad de los tiros libres.

Solo por inercia y gracias a un par de triples que Rogkavopoulos encadenó, al que se le sumaba Chima Moneke, la renta baskonista se fue por encima de la veintena de puntos, con una aparente resignación por parte del bando bilbaino, del que se echó de menos algún líder que tirase del carro. El 67-47 con el que quedaba visto para sentencia el derbi al final del tercer cuarto llegaba sin que los de Joan Peñarroya hubieran necesitado de ninguna brillantez.

Solo la relajación final permitía a Bilbao Basket ahorrarse una paliza escandalosa, pero lo cierto es que desde que se vieron con diez puntos de desventaja, los de Jaume Ponsarnau agacharon la cabeza, y ante esa falta de intensidad en el bando rival, Saski Baskonia pudo recuperar las sensaciones positivas, con la vista puesta en el próximo viernes, en el arranque de la Euroliga ante el Real Madrid. Mientras, Bilbao Basket debe empezar a pensar en el encuentro del miércoles ante el Obradoiro en Santiago.