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Que un jabalí ataque es muy poco frecuente, pero hay más que nunca

La población de jabalíes en Nafarroa ha pasado de 3,6 ejemplares por kilómetro cuadrado a 5,45 en 20 años. Jamás ha habido tantos, lo que hace más probables incidentes como el ataque en Ollaran, que pese a todo siguen siendo poco frecuentes.

- (Getty Images)

El cambio climático, la facilidad del acceso a la comida por la optimización de los cultivos (como el maíz) mediante el regadío están detrás de la expansión del jabalí así como la de otros grandes ungulados, como el corzo y, en menor medida, el ciervo.

Es extremandamente raro que un jabalí ataque a un humano, pero es el animal más peligroso con el que uno puede toparse en los montes de Nafarroa. «El jabalí y el ciervo en temporada de berrea, en la que ahora mismo estamos, son los animales con los que no deberías encontrarte», comenta José Ángel Remírez Aranda, responsable de la Federación de Caza.

El jabalí, de hábitos nocturnos, es esquivo con el humano. «Hay entre 45.000 y 50.000 jabalíes en el monte. Si fueran agresivos, no se podría ni pasear», comenta Remírez Aranda.

Son varias las razones que pueden llevar a un jabalí a arremeter contra un humano -o incluso contra grupo de ellos, como ha sucedido este fin de semana junto al manantial de Arteta, en Ollaran-. Remírez Aranda, tras precisar que no tiene datos específicos sobre el incidente, pues no le han contactado desde el Gobierno, apunta la posibilidad de que fuera una hembra que vio sus rayones en peligro, un macho alterado por alguna hembra en celo o un ejemplar que estaba herido o que se sentía en peligro por algún motivo.

«El animal siempre va a estar defendiendo algo. O la camada o el territorio o a sí mismo», prosigue el presidente de los cazadores navarros. Por eso, en ningún caso hay que encararse con ellos en el monte. El jabalí no se va a espantar.

Subir a un árbol, poner distancia, guarecerse en un sitio seguro -como el coche- son las recomendaciones básicas a tener en cuenta en una situación así.

La Policía Foral, que quedó a cargo de investigar el incidente, apenas tiene con qué proseguir las pesquisas. El animal, tras atacar al grupo de excursionistas y herir a un varón de 66 años y una mujer de 44, se marchó corriendo por el barranco de Artazulo.

SE INVESTIGA UNA BATIDA

La única novedad, de la que informó el citado cuerpo policial a GARA, es que se tenía constancia de una batida de caza de jabalíes cerca del lugar donde se produjo el incidente. Este medio pidió más concreción sobre los términos municipales en los que se desarrolló dicha batida que despertó las sospechas de los investigadores, sin obtener respuesta.

A día de hoy, la caza es el único método de control de la población de jabalíes. Según los datos de la Federación, jamás se habían cazado tantos animales de esta especie como en los últimos años. Remírez Aranda da una horquilla de «entre 10.000 y 12.000» jabalíes abatidos por año. Constituye multiplicar casi por cuatro las capturas de antes del cambio de siglo, cuando el número de animales abatidos rondaba los 3.000.

La Federación argumenta que matar estos animales con rifles -principalmente a través de batidas, en las que un grupo de cazadores y perros rastrean el monte de forma ruidosa para sacar a los animales de sus refugios- es la única alternativa para el control poblacional. No están permitidos lazos ni venenos (ni tan siquiera aquellos que, en lugar de matar al ejemplar, afectan únicamente su reproducción) por el hecho de que son métodos demasiado poco discrecionales y pueden afectar a otras especies distintas a la que se pretende contener poblacionalmente.

El problema más grave de la superpoblación de jabalíes no son los ataques a humanos. Los atropellos de estos animales se han convertido en una de las causas más comunes de accidentes de coche graves, si bien solo en una ocasión han tenido consecuencias mortales (a causa de un volantazo para esquivar al animal). También producen cuantiosos daños en las cosechas y, al ser un animal omnívoro, el exceso de población provoca daños a otras especies en situación más delicada, como las aves que nidifican en el suelo y cuyos huevos depredan los jabalíes.

Además del citado incidente cerca del manantial de Arteta, se han documentado recientemente ataques de jabalíes en Iriso (2022) y Erro (2021).

Más allá del hombre, el jabalí no tiene predadores. Solo es vulnerable cuando es cría, momento en el que puede ser atacado por grandes rapaces o zorros. El lobo no está presente en territorio navarro y, en caso de estarlo, es más probable que prefiera cazar piezas menos peligrosas.

Desde la Federación de Caza sostienen que la sobrepoblación de jabalíes es de unos 25.000 de los 45.000 que, según las estimaciones, viven en Nafarroa. Todos los ejemplares abatidos lo son por ocio, de forma voluntari, no en el marco de una política dirigida a la contención poblacional. Y los cazadores son cada vez menos, pues la Federación sostiene que «el relevo generacional es un problema».

Con números de 2022, hay un 48% más de jabalíes en el monte y las batidas de cazadores, que pueden afectar a su agresividad, son cada vez más. Aun así, el númeo de animales que son abatidos con rifles no basta para alcanzar un equilibrio, por lo que los indicadores poblacionales siguen creciendo.