«Estamos luchamos con animales humanos y actuaremos de la misma manera», amenazó de forma contundente el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, dejando claro que la ofensiva contra la Franja de Gaza que ya ha dejado cientos de muertos no va a detenerse en consideraciones humanitarias o respeto a los civiles.

Gallant ordenó, además, un «completo asedio» sobre la Franja de forma que no reciba ni suministro eléctrico ni combustible ni comida.

Las autoridades israelíes ya mantienen, de hecho, un férreo bloqueo sobre la Franja desde 2007, año en el que Hamas se hizo con el control de la Franja, llevando al territorio al límite de las condiciones de habitabilidad y supervivencia, con el 95% del agua contaminada, restringiendo los suministros más básicos e impidiendo casi cualquier salida a los 2,3 millones de habitantes.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que esta guerra «va a cambiar Oriente Próximo». «Estamos ya en medio de la batalla y solo acabamos de empezar», auguró.

La humillación y la envegadura del histórico golpe que las milicias palestinas asestaron al Estado israelí, que presume de uno de los aparatos militares y de espionaje más avanzados del mundo, hace que Israel busque una brutal venganza y, a la vez, difuminar la responsabilidad del Gobierno de Netanyahu en ese fracaso.

El número de muertos en Israel ascendía ayer ya a más de 900, mientras que los fallecidos en la Franja de Gaza suman 687 -entre ellos 147 niños-, en el tercer día de guerra entre Israel y las milicias palestinas.

Los heridos israelíes llegaban a 2.506, entre ellos 376 en estado grave. En Gaza, los heridos son 2.900, según el último recuento de su Ministerio de Sanidad. Los intensos bombardeos de la aviación israelí alcanzan viviendas, mezquitas, infraestructuras, escuelas de la ONU que sirven de supuesto refugio e incluso ambulancias, confirmando la amenaza de tratar a los palestinos como «animales».

Entre los objetivos, al menos 50 palestinos murieron en un mercado y una mezquita atacados en los campamentos de refugiados Shati y Yabalia, en el norte de la Franja.

Las matanzas están avaladas por los socios europeos de Israel y EEUU, que han defendido con énfasis «el derecho de Israel a defenderse» al condenar la operación de Hamas ignorando las consecuencias de la ocupación.

123.000 DESPLAZADOS

En este caos, más 123.500 gazatíes han abandonado sus casaa, desplazados internos en un territorio del que no pueden salir y donde ningún lugar es seguro. De ellos, más de 74.000 están albergados en 64 escuelas de la ONU.

Las enormes columnas de humo negro que sobrepasan los edificios en numerosos puntos de la zona son la estela de destrucción que van dejando los proyectiles de Israel, que asedia el enclave palestino por aire, tierra y mar.

Tras el estruendo de los impactos, emergen de entre los escombros familias enteras, con niños y mascotas, bañados en polvo y sangre. Muchos otros, vivos y muertos, quedan atrapados bajo las ruinas.

«No son ataques normales, van contra civiles. Donde hay casas de civiles, atacan; donde hay niños y mujeres, atacan», relata, visiblemente conmocionado, Ahmad Tartouri, un gazatí de 48 años y padre de cinco hijos, con el rostro cubierto de hollín y una hemorragia en la pierna.

HAMAS AMENAZA CON LOS REHENES

Hamas aseguró que los bombardeos han provocado la muerte de al menos cuatro del centenar de israelíes que capturó el sábado.

Además, amenazó con ejecutar «públicamente» a los rehenes si Israel continúa los bombardeos indiscriminados sobre la Franja de Gaza sin previo aviso a los residentes. «La ejecución será de rehenes civiles, no militares, y se transmitirá en línea», afirmó Abu Obeida, portavoz de las Brigadas de Ezzedine al-Qassam.

Israel ha dejado de emplear el método conocido como knocks on the roof, por el que lanzan dispositivos no explosivos a los tejados de las casas como preaviso de que van a bombardear en unos minutos, para que la población pueda salir, a menudo con el tiempo muy justo. La nueva forma de operar buscaría causar el mayor número de víctimas posible.

«El enemigo no entiende el lenguaje de la humanidad y la moral, y nos dirigiremos a él en el lenguaje que conoce. Responsabilizamos a la ocupación ante el mundo por esta decisión, y la pelota está en su tejado», advirtió Obeida.

Mientras, el Ejército israelí aseguró que había recuperado el control en todas las áreas tomadas hace dos días por las milicias palestinas fuera de Gaza, pero advirtió de que todavía pueden quedar escondidos en ellas combatientes con los que se producen intensos intercambios de fuego.

«Los tanques y aviones permitirán hacer frente a cualquier violación de la frontera. Prácticamente hemos terminado de evacuar a los residentes de las zonas cercanas a la Franja de Gaza», dijo el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, antes de matizar que 15 de las 24 localidades fronterizas han sido evacuadas.

La acumulación de fuerzas militares en la zona y la movilización de hasta 300.00 reservistas, «el reclutamiento más grande y más rápido jamás realizado» en la historia de Israel, hace temer una invasión terrestre de la Franja.

El propio Netanyahu lo confirmó al presidente de EEUU, Joe Biden. «Tenemos que entrar. No podemos negociar ahora», señaló el primer ministro israelí.

IRÁN NIEGA IMPLICACIÓN

Por otra parte, el Gobierno de Irán amenazó con una respuesta «destructora» en caso de movimientos «estúpidos» contra Teherán por una supuesta implicación de los servicios de seguridad iraníes en apoyo a la operación de Hamas. Teherán lo negó y las calificó de «sospechas politizadas», simplemente por su apoyo histórico a la causa palestina.

Fuentes de Hamas y Hizbulah declararon al “Wall Street Journal” que los servicios de seguridad iraníes ayudaron en los preparativos y dieron luz verde a la ofensiva el pasado lunes, en un encuentro que habría tenido lugar en Beirut.

El ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, no descartó la posibilidad de que Irán conociera de antemano la ofensiva palestina. «Hay alguna evidencia», afirmó, después de que el Ejército israelí lo hubiera descartado.

En línea con sus socios en Washington y Bruselas, Dermer ahondó en la teoría de que Irán pudiera estar detrás de estos nuevos ataques, si bien reconoció que no disponen de pruebas que lo confirmen.

Por su parte, el partido-milicia libanés Hizbulah atacó posiciones militares israelíes con misiles y fuego de mortero cerca de la frontera entre Israel y Líbano en represalia por la muerte de tres de sus miembros en ataques sionistas.

Israel había bombardeado Líbano con aviación y artillería al detectar «sospechosos» que habrían pasado la frontera. Pero fue la Yihad Islámica la que reivindicó una incursión fronteriza desde territorio libanés.

El Ejecutivo libanés había indicado previamente que Hizbulah ha prometido que no interferirá en la guerra entre Israel y las milicias palestinas a menos que el Ejército israelí hostigue a Líbano, después del disparo de proyectiles del domingo.

Zarauztar bat desagertu da

Gazako zerrendatik bi kilometro eskasera, Kissufim kibbutzean bizi den 46 urteko euskal herritar bat, Ivan Illarramendi Saizar, desagertu egin da, milizia palestinarrek Israelen aurka egindako erasoaren ondorioz. Jose Manuel Albares Kanpo Arazoetako ministro espainiarrak baieztatu zuen Estatu espainoleko bi hiritar desagertuetako bat dela. «Familiekin harremanetan gaude, eta ahal den guztia argitzen eta laguntzen saiatzen ari gara», azaldu zuen Albaresek. Xehetasun gehiago ematea saihestu zuen ministroak, «segurtasun arrazoiengatik», bai eta familiekiko eta beren buruekiko errespetuagatik ere. «Oso gertutik jarraitzen ari gara. Haien nortasunak baditugu, agintariekin eta haien familiekin harremanetan gaude», ohar egin zuen. Ivan Illarramendi Saizar bere emazte israeldarrarekin bizi da Kissufim kibbutzean. Bilbon ere bizi izan zen zenbait urtez. "El Confidencial’ agerkariaren arabera, Illarramendik eta bere bikotekideak «segurtasun gela batean sartu behar izan zuten» eta gurasoei deitu zieten abisatzeko. Nolanahi dela, Polizia israeldarra etxebizitzara iritsi zenean, bikotea ez zegoen han, eta ez zen borroka zantzurik, «bahiketaren teoria berresten duena». Gipuzkoako Foru Aldundiko Lankidetzako diputatu Goizane Alvarezek atsekabea adierazi zuen gipuzkoarraren desagerpenarengatik, eta familiari babesa eta maitasuna adierazi zizkion. GARA

La terrorífica invasión terrestre, más cerca que la negociación

Entre los escenarios de guerra posibles, si no probables, se encuentra un ataque terrestre israelí a Gaza. Una perspectiva aterradora de combates en el corazón de una ciudad con una densidad demográfica extremadamente alta. Tras el asedio total decretado ayer y la devastación por aire de infraestructuras y edificios, el siguiente paso para asestar un golpe de envegadura parece la intervención terrestre. Sin embargo, la guerra de guerrillas urbana impone el combate cuerpo a cuerpo, reduce la visibilidad, multiplica las trampas, borra la distinción entre civiles y soldados y hace que los vehículos blindados sean casi inutilizables. Tomar edificio a edificio bajo el fuego, con amenazas desde las alcantarillas hasta los tejados no sería fácil para las tropas israelíes, que ya cuentan con un número de bajas que nunca hubiera imaginado.

Unos 2,3 millones de palestinos viven en Gaza, bajo bloqueo israelí desde 2007, en un entramado de calles estrechas y superpobladas que dominan una intensa red de túneles apodada por el Ejército israelí como «Metro de Gaza». Los combatientes, instalados hasta 30 o 40 metros bajo tierra, circulan allí fuera del alcance de los ataques. Las baterías de los lanzacohetes escondidas a pocos metros de profundidad pueden salir para disparar y volver a desaparecer. El Ejército israelí los bombardeó intensamente en 2021 y sin duda conoce parte de esta red, pero otras permanecen en secreto y complicarán sus operaciones. Israel debería contar con una gran destrucción previa y con información de Inteligencia... que ya les ha fallado una vez. Los palestinos tienen la gran ventaja táctica de la defensa en espacios urbanos, pero que también puede convertirse en una trampa.

Pero, además, la operación tendrá una complejidad adicional: el centenar de rehenes civiles y militares, incluidos extranjeros. «La sociedad israelí no perdonará que la vida de los rehenes no sea una prioridad. La presión de la opinión pública es enorme y Netanyahu lo sabe perfectamente», opina Sylvaine Bulle, socióloga del CNRS, especialista en Israel. «La sociedad israelí exigirá: ‘No habéis garantizado nuestra seguridad, traednos a los rehenes’», añade. Y aunque Qatar habla de que intenta establecer contactos, Israel no se encuentra en disposición de negociar. Netanyahu quiere aparecer como el ganador de la guerra y «solo abordará el problema de los rehenes... cuando Hamas esté derrotado y débil. Ni un segundo antes», subraya Kobi Michael, investigador del centro de estudios INSS de Tel Aviv.

Hamas, que se siente fuerte tras la operación, también afirmó que «actualmente no es posible ninguna negociación sobre la cuestión de los prisioneros o de otro tipo». GARA