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Nueva protesta ante Exteriores por el encarcelamiento de Pablo González

La plataforma FreePabloGonzález entregó ayer la octava carta al ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, para exigir que se cumpla la legalidad con el periodista vasco, encarcelado desde hace más de 600 días «en el Guantánamo de Polonia». El actor Pepe Viyuela leyó en persona el manifiesto en apoyo a la causa.

Integrantes de la plataforma FreePabloGonzalez ante el Ministerio español de Exteriores. (Daniel GALVALIZI)

«Ya van siete cartas entregadas y ni una respuesta del ministro», manifestó a los medios la periodista y escritora Teresa Aranguren, sobre las misivas entregadas para pedir explicaciones por la situación de Pablo González. «Estarán archivadas en un cajón. Hasta por una cuestión de cortesía esperamos que nos respondan, aunque la respuesta sea negativa: somos ciudadanos. La obligación del Ministerio es defender a un ciudadano español que está en circunstancias muy atroces en un país extranjero y no hemos visto que nada de esto se haya hecho», añadió.

Una vez más, la plataforma FreePabloGonzález convocó una protesta frente al Ministerio de Asuntos Exteriores, ubicado en el hiperturístico barrio de los Austrias de Madrid. Con carteles que pedían la liberación y la lectura de la carta entregada al jefe de esa cartera, José Manuel Albares, los manifestantes renovaron su demanda tres días antes de cumplirse nada más ni nada menos que veinte meses de la detención del periodista vasco en Polonia (el 28 de febrero de 2022).

Aranguren lamentó que «no hay perspectiva de que no se vaya a prolongar la prisión preventiva», que viene siendo una constante por parte del juzgado a cargo de la instrucción, aunque expresó tener «esperanza» en que el posible cambio de Gobierno en Polonia ayude a «atender los derechos y las condiciones inhumanas en las que está» el periodista.

Esta vez la protesta contó con la presencia del actor y humorista Pepe Viyuela, quien en solidaridad con la causa se acercó a la plataforma y leyó parte de la carta. Luego recordó ante los medios las condiciones en las que se desarrolla la prisión de González en Radom, «con un aislamiento de 23 horas y donde ridículamente cada vez que vuelve a la celda es cacheado».

«Las visitas de la familia fueron solo dos, a ellas ha acudido la madre de sus hijos [Oihana Goiriena], pero los pequeños no han escuchado la voz del padre en todo este tiempo porque no puede hablar por teléfono. No entendemos cómo ese canal de ayuda del Ministerio no se abre y España no manifiesta el descontento y se dice de manera frívola que se le respetan sus derechos cuando evidentemente no es así», recalcó.

Oihana Goiriena iba a estar presente en la Plaza de la Provincia frente a Exteriores, pero no pudo r debido a un retraso de su vuelo, aunque sí acudió a un acto en la Fundación Alsemo Lorenzo, en el barrio madrileño de Delicias, en el que se trató sobre la situación del periodista.

Iñaki Alrui, uno de los portavoces de la plataforma, explicó que el acto se llevó a cabo ayer porque era el Día Europeo de la Justicia, establecido para «hacer hincapié en los derechos transfronterizos» y así mostrar «las contradicciones» con el caso de González.

UNA CARTA TRAS CUATRO MESES

El fotoperiodista Juan Teixeira, amigo y compañero de González en múltiples ocasiones, acudió desde Vigo. «Estoy para presentar el escrito e intentar visibilizar la situación de Pablo, que mucha gente no conoce. Tampoco entendemos este silencio de los medios porque él es un periodista que estaba ejerciendo su labor profesional y lleva más de un año y medio sin que se hayan presentado pruebas ni cargos, violando los derechos más básicos», recalcó.

Preguntado sobre si ha tenido contacto con González, respondió: «Hace tres días me llegó la última de sus cartas con cuatro meses de retraso, porque debe pasar todo el proceso de censura y traducción del Gobierno polaco. Es la única comunicación que podemos tener».

Sobre los transmitido en la carta, afirmó: «Me dijo que él aguanta, con muchos altibajos psicológicos, que se le está haciendo durísimo, que parece el Día de la Marmota pero que quiere volver por sus amigos y familia y que tiene muchas ganas de contar lo que está pasando con su caso y nos pide que se haga público el atropello a sus derechos humanos».

La carta entregada a Albares, la octava, le recuerda al ministro que ha dicho «que los derechos están siendo respetados y que se le aplica correctamente la legislación polaca», pero «esto no es así». «El Gobierno español no ha hecho una sola gestión que sepamos para que Pablo deje de estar 23 horas al día aislado en una celda de cinco metros cuadrados con una hora de paseo en un patio diminuto al que accede esposado», afirmaron.

También le dejaron claro que «no ha hecho nada para que tenga, como le corresponde en derecho, una asistencia letrada plena» y recordaron que «a sus abogados no se les permite el acceso a la causa y no se conocen las acusaciones concretas salvo la genérica de ‘espiar para Rusia’, y tampoco las pruebas de esa acusación».

«Señor ministro, queremos que haga usted su trabajo», le reclamaron. «La horrible injusticia que está viviendo él y su familia es de una gran crueldad y no tiene explicación racional en la Europa democrática. Haga, lisa y llanamente, que se cumplan las leyes», concluye la octava misiva entregada a Albares.