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INFIERNO EN GAZA

Israel lanza el mayor ataque de su operación a una Gaza incomunicada

Israel lanzó ayer el mayor ataque en las tres semanas de la operación de venganza contra la Franja de Gaza, que ya había provocado más de 7.300 muertos. Con las comunicaciones del territorio cortadas, el Ejército israelí aumentó los bombardeos y extendió las incursiones terrestres, haciendo oídos sordos a las denuncias de crímenes de guerra de agencias de la ONU.

Explosiones en los primeros bombardeos de la noche sobre Gaza, sin electricidad ni comunicaciones.
Explosiones en los primeros bombardeos de la noche sobre Gaza, sin electricidad ni comunicaciones. (AFP)

Mientras la Asamblea General de la ONU aprobaba la reclamación de una «pausa humanitaria» en la matanza en Gaza y las propias Naciones Unidas acusaban a Israel de cometer crímenes de guerra, el Ejército israelí lanzó el mayor ataque en la operación de venganza que inició el 7 de octubre contra el territorio palestino.

Las comunicaciones telefónicas y de internet quedaron fuera de servicio, aislando por completo a los gazatíes.

Además de un bombardeo desde el aire de una intensidad inédita contra la Franja ya incomunicada y a oscuras, las tropas israelíes extendieron las incursiones terrestres que habían llevado a cabo las dos noches anteriores en lo que parecía el inicio de la anunciada invasión.

«Si Netanyahu decide entrar en Gaza esta tarde, la resistencia está lista. La tierra de Gaza se tragará los restos de los soldados israelíes», advirtió Ezzat al-Risheq, un alto responsable de Hamas en Telegram.

El cielo se iluminaba con las explosiones mientras la tierra retumbaba como en un terremoto, según pudo relatar un corresponsal de Al Jazeera.

Los bombardeos eran aún mayores que los que en las últimas tres semanas han matado al menos a 7.300 personas, entre ellas más de 3.000 niños, y han extendido el terror en un territorio donde «ningún lugar es seguro», en palabras de la ONU.

«La población de Gaza va a sufrir una avalancha de sufrimiento sin precedentes», advertía su secretario general, António Guterres, ante la tolerancia e incluso la aprobación de los aliados occidentales de Israel a la masacre.

Unas horas antes, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ya había acusado a Israel de cometer crímenes de guerra con el desplazamiento forzoso de población, el bombardeo indiscriminado de zonas densamente pobladas e instalaciones protegidas y el castigo colectivo sobre el conjunto de la población sometida a una catástrofe humanitaria sin comida, electricidad, combustible y agua.

«La falta de combustible lleva al cierre de hospitales y panaderías. La gente termina en refugios en condiciones cada vez más duras, saturados, sin apenas saneamiento y bebiendo agua en mal estado, lo que acerca el fantasma de que haya brotes de enfermedades», remarcó.

También pidió el fin del lanzamiento de ataques indiscriminados contra territorio israelí y la liberación inmediata e incondicional de todos los civiles secuestrados por Hamás, que también calificó de crimen de guerra.

AMENAZA A UN HOSPITAL

Pese a las denuncias, Israel no solo aumentó los ataques sino que puso expresamente entre sus objetivos el hospital de Shifa, el mayor de la Franja y donde se refugian 50.000 desplazados, al asegurar que alberga la principal base de operaciones de Hamas en «complejos subterráneos».

Hamas alertó de que «estas mentiras representan el preludio de una nueva masacre contra nuestro pueblo».

A la vez que aumenta por decenas cada día el número de muertos, Israel cuestiona las cifras, una duda que compartió su aliado, el presidente estadounidense Joe Biden.

«Durante los cinco o seis ciclos de conflicto en la Franja de Gaza, estas cifras se consideraban creíbles. Nadie las ha discutido nunca, señaló el jefe de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos en Oriente Próximo (Unrwa), Philippe Lazzarini.

El Ministerio de Salud también respondió a los comentarios de Biden con una lista de 6.747 nombres que especifica el sexo, la edad y el número de identidad de los muertos hasta el jueves, a la espera de verificar la identidad de otros 281 cuerpos.

En esta situación, la Unrwa reclamó un flujo constante y significativo de ayuda humanitaria a Gaza, constatando que lo que llega son solo «migajas» ante el asedio impuesto por Israel, que está utilizando el hambre y la sed como arma de guerra.

«Mientras hablamos, la población de Gaza está muriendo», clamó Lazzarini al recordar que los palestinos no solo se arriesgan a perder la vida bajo los proyectiles lanzados por el Ejército israelí, sino también por la falta de combustible, comida y agua o por un colapso sanitario en el que apenas hay atención médica y las calles han comenzado a llenarse de residuos.

La Unrwa acusa a Israel de utilizar el bloqueo total para infligir un castigo colectivo sobre una población de más de 2 millones de personas. «Deshumanizar a la gente busca hacer justificable lo injustificable», criticó, y lamentó que, aunque la población vio inicialmente «un rayo de esperanza» en la apertura del paso fronterizo de Rafah, ha terminado por constatar que apenas ha sido «una distracción».

También denunció que «es muy peligroso y engañoso» que Israel equipare a Gaza con Hamas. Igualmente, Lazzarini rechazó las dudas planteadas por autoridades israelíes sobre el destino de esos suministros, incluidos los que pueda gestionar la Unrwa.

No son dudas lo único que lanza Israel sobre la ONU. El propio portavoz de la Unrwa, recordó que las bombas israelíes han matado ya a 57 de sus trabajadores.

NADIE PODRÁ DECIR «NO LO SABÍA»

«Nadie podrá decir 'no lo sabía' cuando hay imágenes, vídeos y grabaciones sobre el sufrimiento inenarrable saliendo cada hora de Gaza. No podemos cerrar los ojos ante esta tragedia humana. Millones de personas nos preguntan, especialmente en la región, y sobre todo en Gaza, por qué el mundo no actúa para poner fin a este infierno en la tierra», concluyó.

La Unrwa advirtió de que le queda combustible para un solo día de operaciones y que se ha visto obligada a limitar el consumo y a «tomar decisiones difíciles que una agencia humanitaria no debería tener que afrontar» sobre cómo distribuir la ayuda. «¿A quién damos carburante? ¿A las panaderías, a las plantas de agua, a los hospitales?».



Impacto de dos drones en Egipto

Israel acusó a los huthíes de Yemen de lanzar «misiles y drones» que impactaron en dos localidades egipcias. El Ejército israelí movilizó aviones de combate tras «una amenaza procedente del mar Rojo» después de que seis personas resultaran heridas tras impactar un dron en un hospital en la localidad de Taba, en la península del Sinaí. El Ministerio israelí de Exteriores afirmó que hace una semana los huthíes ya lanzaron misiles contra Israel que «fueron interceptados por un acorazado estadounidense».

Los huthíes forman parte del «eje de resistencia» que ha amenazado con intervenir contra Israel en un contexto que implica a varios países de la región. Así el grupo chií libanés Hizbulah ya ha cruzado disparos con Israel y ha sufrido 46 bajas. Las bases de EEUU han sido atacadas 12 veces en Irak y cuatro en Siria por parte de milicias proiraníes y al menos 21 soldados han resultado heridos. A su vez, EEUU ha atacado instalaciones vinculadas a la Guardia Revolucionaria iraní en Siria y ha movilizado 900 efectivos adicionales en Oriente Medio.GARA