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Visto para sentencia el juicio contra Silvia: «¿Qué habría pasado sin cámaras?»

El juicio contra Silvia quedó visto para sentencia ayer. La vecina de Getxo agredida por un ertzaina en mayo de 2018 relató cómo sucedieron los hechos en la comisaría, mientras que su abogada, Agatha Libano, puso en valor que las imágenes quedaran grabadas: «Las imágenes son irrefutables, por eso hemos llegado hasta aquí».

Silvia, en el centro, arropada por varias amigas antes de la sesión del lunes. (Marisol RAMÍREZ | FOKU)

El juicio contra Silvia, la mujer agredida en la comisaría de Getxo en 2018, quedó ayer visto para sentencia con las declaraciones de la mujer y del ertzaina que participó en su detención. La Fiscalía pide para ella 18 meses de prisión, además de 6.000 euros de multa, mientras que el Gobierno de Lakua ha rebajado su petición a los cinco años y tres meses de prisión, frente a los siete que reclamaba inicialmente.

La segunda sesión arrancó con la declaración de la propia Silvia, después de que el lunes pasaran por los juzgados diversos testigos, los ertzainas que participaron en la detención el 26 de mayo de 2018 y los médicos forenses que la examinaron. Respondiendo solo a preguntas de su abogada, la mujer se ratificó en la versión de los hechos dada en 2018. Según rememoró, los incidentes se desencadenaron cuando intercedió por un «mendigo» a quien agentes de la Ertzaintza intentaban identificar a las puertas de un supermercado de Getxo, porque le parecía «que lo estaban tratando mal». Fue entonces, detalló, cuando recibió insultos tales como «vete a tu puto país» por parte de uno de los agentes, comenzando un intercambio de reproches.

Debido a esto, se requirió la presencia de una segunda y hasta tercera patrulla. Los agentes -un hombre y una mujer- que conformaban esta última fueron los encargados de trasladar a Silvia hasta la comisaría, donde la arrestada creía que solo iba a testificar y más tarde sería soltada. Sin embargo, los agentes trataron de meterla, detenida, en un calabozo, iniciándose una discusión por las pertenencias de la mujer. Entre ellas se encontraba su cartera con una importante cantidad en efectivo, recaudada solidariamente para hacer frente al sepelio de su cuñada en Bolivia. Del forcejeo con la agente por la cartera se pasó a la agresión por parte del ertzaina. Tras ser llevada al día siguiente al Hospital de Urduliz, formuló una denuncia aportando los informes médicos y las fotografías de su estado físico.

«TUVE UNA REACCIÓN INSTINTIVA»

Por su parte, el ertzaina confirmó que la «tensión aumentó» cuando no se permitió a la detenida entrar a la celda con sus pertenencias. «Antes de entrar en la celda me agrede, y en ese momento tengo una reacción instintiva de sacar el brazo. Posteriormente, tenemos un enzarzamiento que dura unos segundos, hasta que mi compañera consigue agarrarla», declaró.

Por ello, la defensa de Silvia pide un año y seis meses de prisión para el ertzaina, por la actuación «desproporcionada y extralimitada» vivida en comisaría, por la que solicitó la aplicación del Protocolo de Estambul. Por otro lado, la Fiscalía ha rebajado su petición inicial contra Silvia, y ahora reclama dieciocho meses de cárcel por un delito de atentado contra los agentes, y una multa de 6.000 euros por dos delitos leves de lesiones. Por su parte, el Gobierno de Lakua pide cinco años y tres meses de prisión, rebajando en 21 meses los siete años iniciales.

La abogada de Silvia, Agatha Libano, desveló durante la sesión que el Ejecutivo le ofreció un trato para retirar los cargos a cambio de que su representada hiciera lo propio, a lo que su cliente se negó. Un hecho que atribuye a la existencia de las imágenes de la agresión, fruto de su propia investigación. «¿Qué habría pasado si no tuviéramos cámaras? Creo que todos sabemos la respuesta. Las imágenes son irrefutables, por ellas hemos llegado hasta aquí», reivindicó.