Y en vez de llantos, risas
Flores...? ¿Flores para los muertos, fragancia de flor muerta para unos ojos muertos
que ya no pueden ver?
¿Rezos...? ¿Rezos para los muertos, plegaria de amor muerta para unos labios muertos
que ya no pueden ser?
¿Llantos...? ¿Llantos para los muertos, fulgor de vida muerta, para unos pasos muertos
que no podrán volver?
No, sencillamente no, me niego a ello. No voy a llevarte flores al cementerio, y demás está decir que sé que no te importa que no vaya; ni a rezar oraciones que ni siquiera recuerdo frente a la tumba en que reposan tus restos; ni voy tampoco a llorar tu ausencia porque Noviembre y el calendario me conminen a hacerlo.
Ni flores, ni rezos, ni llantos. No los quiero.
Por más Día de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos que la iglesia oficie; por más Noche de todos los Muertos que la tradición consagre, a ti, hermano cronopio, no te caben más flores, no te alcanzan más rezos, no te duelen más llantos.
Solo la memoria que guardo agradecida, la voz enamorada,
solo el eterno beso de la vida, y en vez de flores, alas; en vez de rezos, aire; y en vez de llantos, risas.
(Preso politikoak aske)