Servicio
Edouard Philippe, el que fuera primer Primer ministro de Emmanuel Macron y que se mantiene en política como alcalde de Le Havre y presidente de su propio partido, se aventuró ayer a reflexionar sobre la reinstauración del servicio militar obligatorio en el contexto de “un mundo peligroso” en el que “se impone la exigencia de la defensa del territorio”. El ejército está, otra vez, de moda. Aprender a usar un fusil, a deshumanizar al enemigo y a marchar a paso de ganso vuelve a estar en la agenda de esta Europa occidental que, como consecución del proyecto integrador europeo y sin Guerra Fría a la vista, decidió eliminar la mili y apostar por una armada profesional. El modelo es, otra vez, Israel, donde su ministro de Patrimonio ha propuesto arrasar Gaza lanzando una bomba nuclear, o sea, algo así como recrear los crematorios de Auschwitz-Birkenau pero de manera más rápida y económica. El ultraderechista y ultraortodoxo Amichai Eliyahu ha sido, evidentemente, apartado del Gobierno: cómo se le ocurre proponer una franja radiactiva cuando el objetivo del Gobierno es recuperarla para anexionarla definitivamente a su proyecto de territorio. Si hay que matar a todos los palestinos, que sea de manera quirúrgica. Para eso, tienen la connivencia occidental a su servicio.