EDITORIALA

Compromiso reforzado con la paz y una solución justa

Al mes de su desaparición en la frontera de Gaza tras el asalto protagonizado por Hamas, ayer se confirmó la muerte de Ivan Illarramendi, que residía en Israel con su pareja, Loren Garcovich, cuya muerte también se certificó. Este era el peor escenario para la familia Illarramendi, que ahora comienza un duro duelo y que ayer recibió las condolencias de diferentes instituciones y entidades vascas, y de todas las fuerzas políticas.

Fuentes israelíes aseguraron también que Illarramendi nunca estuvo secuestrado y que murió en el asalto al kibutz Kissufim del pasado 7 de octubre. Hasta ayer se suponía que era parte de los más de 200 rehenes que Hamas retiene. Lo cierto es que, tras la pronta liberación de una madre y una hija estadounidenses y, posteriormente, de otras pocas rehenes israelíes, el secretismo y la discreción han imperado en el tema de las personas secuestradas por Hamas. Todo el mundo ha entendido, incluidos los medios vascos, que podía ser parte de una estrategia negociadora, por mucho que el Gobierno de Netanyahu se haya mostrado implacable. Pero según varios documentos, los militares israelíes están llevando a cabo la operación militar en Gaza «como si no hubiera rehenes». Ya han muerto más de 10.000 palestinos, la gran mayoría civiles. Es por eso que se habla de crímenes de guerra.

En este momento, en Gaza es urgente parar el genocidio y lograr un alto el fuego que posibilite la entrada de la ayuda humanitaria vital. Eso debe abrir un espacio de negociación en el que la liberación de los civiles retenidos a ambos lados debe ser lo primero, por ser lo más sencillo y por ser vidas que aún pueden salvarse. Negarse a negociar esa liberación responde a intereses bastardos del Gobierno israelí y la comunidad internacional no debe permitirlo. Sin duda, este conflicto no tiene solución si no es a través de una negociación que dé pie a la descolonización y la autodeterminación de Palestina. Igual que la muerte de niños y niñas impacta en las conciencias de todo el mundo, la muerte de un civil vasco a manos de Hamas debe reforzar el compromiso de la sociedad vasca con una solución justa y duradera.