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Unas 150 fábricas del sector textil cierran sus puertas en Bangladesh

Dos días después de que la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina Wazed, rechazara otro aumento del salario mínimo para las personas que trabajan en el sector textil y en medio de una ola de protestas que dura ya más de diez días, más de un centenar de fábricas tuvieron que cerrar ayer, inicio de la semana laboral en el país, sus puertas de forma indefinida.

Policías vigilan a los manifestantes, durante una protesta en Dacca. (Munir uz ZAMAN | AFP)

Los fabricantes de ropa en Bangladesh tuvieron que cerrar ayer unas 150 plantas «por tiempo indefinido», en un contexto de protestas en el sector textil para pedir mejoras salariales, que han dejado ya al menos cuatro muertos y 70 fábricas saqueadas, según las autoridades, y ante las que la Policía ha demandado a 11.000 trabajadoras y trabajadores por violencia.

Este país pobre del sudeste asiático está siendo sacudido desde hace más de diez días por manifestaciones de obreras textiles que reclaman mejores salarios y que en muchos casos derivan en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

La Policía informó a la agencia France Presse (AFP) de que alrededor de150 fábricas habían cerrado sus puertas en las principales ciudades industriales como Ashulia y Gazipur, ambas situadas al norte de la capital, Dacca.

Los fabricantes temían nuevas huelgas el sábado, principio de la semana laboral en Bangladesh.

El comité del salario mínimo del sector propuso esta semana un aumento del 56,25% del sueldo mensual básico para los cuatro millones de trabajadoras del sector, elevándolo a 12.500 takas (113 dólares), una cantidad considerada «ridícula» e «insuficiente» por los sindicatos, que sostienen que las obreras sufren duramente la inflación -que alcanzó casi 10% en octubre-, y la depreciación de casi el 30% de la moneda local respecto al dólar desde inicios de 2022. Reclaman que casi se triplique su salario mínimo, que a día de hoy es de 8.300 takas (75 dólares), hasta los 23.000 takas (206 dólares).

Unos 15.000 obreros se enfrentaron el jueves a la Policía en una autopista y saquearon Tusuka, una importante fábrica, así como una docena de otras instalaciones, según la versión policial.

TÁCTICA REPRESORA

«La Policía ha presentado una denuncia contra 11.000 personas no identificadas tras el ataque a la fábrica de ropa de Tusuka», declaró a AFP el inspector de Policía Mosharaf Hosain.

Las fuerzas de seguridad de Bangladesh suelen lanzar acusaciones contra miles de personas -sin especificar sus identidades- con motivo de las grandes manifestaciones y en relación a la violencia política, una táctica que, según los críticos con el Gobieron, sirve para reprimir a los opositores.

Las protestas por el incremento salarial constituyen un gran desafío para la primera ministra, Sheikh Hasina, que gobierna el país con mano de hierro desde 2009.

Una oposición cada vez más importante cuestiona su poder, y máxime con unas elecciones previstas para finales de enero.

Hasina rechazó el jueves otro aumento e instó a las trabajadoras a aceptar la oferta, al tiempo que advirtió de que si salen a protestar perderán su empleo y tendrán que regresar a sus pueblos.

Las 3.500 fábricas de confección de Bangladesh representan alrededor del 85% de los 54.500 millones de dólares de exportaciones anuales del país, y trabajan para muchas de las principales marcas mundiales, incluyendo Levi’s, Zara y H&M.

Este sector es clave en Bangladesh, segundo exportador mundial de ropa tras China, pero las condiciones laborales de la mayor parte de su mano de obra, la gran mayoría mujeres, son desastrosas.