Motosierra con puñetas

El delirio golpista intenta convertir toda la península ibérica en zona políticamente catastrófica. La motosierra que usó Milei en campaña se llama ahora rosario colectivo en la calle Ferraz, prisas en el Senado y el desmedido posicionamiento de las puñetas en acciones que son tan absurdas como claramente progolpistas. Tanto en los juzgados españoles de las zonas más propensas a la extrema derecha como en Portugal, donde una sospechosa interpretación de una escucha equivocando el nombre que se mencionaba, llevó a una acción desmesurada, la imputación del ex primer ministro António Costa, que en un acto reflejo de dignidad dimitió cuando se ha comprobado que no se referían a él sino a un ministro con el mismo nombre. Pero el daño de esa conspiración de policías, togados, fiscales, prensa y demás servicios de los residuos salazaristas cumplió su misión. El presidente de la República de manera urgente convocó elecciones y ahora resulta que todos los imputados han sido dejados en libertad sin cargos al no existir indicios ni pruebas suficientes. Jugada perfecta. Es lo que están buscando desesperadamente en algunos tribunales españoles para dar el golpe definitivo. De momento intervienen políticamente de manera impredecible con unas consecuencias deslegitimadoras. Los casos de imputaciones con claros síntomas de prevaricación contra catalanes, vascos, izquierdistas, titiriteros o grafiteros es una constante. Una manera de ser de la justicia actual española, completamente parasitada por las puñetas de PPVox y sus motosierras opudeístas. Atentos.