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INVESTIDURA DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO ESPAÑOL

El saludo envenenado de Feijóo sella la investidura

Fuentes de Ferraz informaron a GARA de que hubo un mensaje «fuera de lugar» del líder del PP, Núñez Feijóo, al flamante presidente electo, Pedro Sánchez, tras la votación en la que fue reelegido como inquilino de la Moncloa por cuatro años más. El portavoz del PNV se ganó titulares en una jornada más tranquila que acabó en algarabía socialista.

Sánchez regresa a su escaño tras ser «felicitado» por Feijóo. (Javier SORIANO | AFP)

Ya no hay más expectación ni incertidumbre. Pedro Sánchez fue reelegido presidente del Gobierno español por 179 votos positivos frente 171 negativos. Pero la segunda sesión de investidura de ayer, unas cuantas horas más breve que la del miércoles, también dejó detalles para el anecdotario parlamentario. Uno de ellos no salió por TV. En medio de la ovación de la bancada socialista y con Sánchez también aplaudiendo y mirando a sus colegas, se le acercó el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a paso lento y con la mano izquierda en el bolsillo a saludarlo. Un asesor advirtió al flamante presidente de la situación, por lo que bajó dos escalones y le dio la mano. Feijóo le dijo algo por lo bajo con cara seria, puso media sonrisa y se fue por la puerta lateral izquierda.

Un alto cargo de Ferraz que compartió unos minutos con Sánchez dijo a GARA que el saludo no fue nada cordial. «A mí no me ha gustado. Le ha comentado algo fuera de lugar», dijo sin querer precisar el contenido. La cara de Feijóo en ese saludo lo decía todo: el hombre al que todas las encuestas (privadas, no el CIS) otorgaban mayoría absoluta con la ultraderecha en julio se iba de las Cortes Generales con el mandato indirecto de líder opositor. Ya había perdido en septiembre su propia investidura.

La votación tuvo sus momentos de adrenalina. Uno de ellos, cuando un diputado del PSOE por Ciudad Real (de la región manchega gobernada por García-Page, sí) tardó unos sugestivos cinco segundos en responder. Todos ataron cabos y hubo murmullos. Al escucharse el «sí», la número 2 del PSOE, María Jesús Montero, se tocó el pecho con su mano derecha y deslizó unas palabras a la ministra Teresa Ribera que probablemente fuera un exabrupto o un «menos mal». Su cara de pánico lo delataba.

Y es que los rumores de posible «tamayazo» circularon, más basados en el miedo que en asidero real. Es lo que tiene la memoria emotiva y las sorpresas que un Parlamento a veces da, como con la reforma laboral o con el voto errado de un diputado de Junts el día de la investidura de Feijóo. Por ello, y también por las filtraciones desde Waterloo sobre el desagrado con el discurso del miércoles de Sánchez, al votar la portavoz Míriam Nogueras con un tímido «sí» también hubo respiraciones profundas desde PSOE y Sumar.

A diferencia del debate bronco del miércoles, la segunda sesión transcurrió con más calma, en parte porque alrededor de un tercio de los diputados del PP y todo el grupo de Vox no estuvieron en buena parte de la mañana. La ultraderecha suele ausentarse cuando el ponente en plenos importantes es de EH Bildu, pero en esta ocasión tampoco escuchó al PNV ni al Grupo Mixto.

El portavoz jelkide, Aitor Esteban, decano de la Cámara y que suele lucirse con sarcasmos y metáforas, esta vez estuvo más tranquilo y menos irónico, pero dio la nota en un par de momentos. Uno, cuando acusando a las derechas de tener doble vara y no dejar a la izquierda pactar con los soberanistas, apuntó que «algún día contaré los que nos ofrecieron hace dos meses». Luego se filtró que era el Ministerio de Industria, aunque Feijóo lo negó. El pleno llegó a su fin en una Cámara que culmina exhausta: en tan solo ocho meses ha habido nada más y nada menos que tres plenos de investidura.