Luces navideñas

Así, en primera instancia: hay un respiro general. Ha salido investido Pedro Sánchez, formará gobierno en unos días, empieza una legislatura que va a estar muy animada y hay que estar atentos con la evolución de las acciones de agitación callejera de la extrema derecha. ¿Persistirán, se recogerán en sus cavernas, es parte de la campaña electoral virtual o están dispuestos a seguir provocando la desestabilización y la llamada constante al golpe?

La posibilidad de que Alberto Núñez Feijóo encuentre en sus equipos y alianzas de intereses varios frenos y rupturas no es descartable. La polarización entre el poder central y los autonómicos, las alcaldías con la extrema derecha bicéfala con tantas prisas para revoca los avances sociales y políticos y sus políticas cafres, van a mantener la tensión general, aunque el BOE lo seguirá firmando el mismo. Lo que el equipo directivo real del PP decida como estrategia será la clave para la supervivencia de los liderazgos actuales y del futuro. Vamos a ver desaparecer del primer plano a portavoces y saltimbanquis provisionales. Los que vengan pueden ser mucho peores.

A la espera de los nombramientos ministeriales, lo que ya se sabe, porque el Iluminado ya lo ha anunciado, es que Podemos va a hacer una oposición constante porque se sienten ninguneados y consideran una ofensa, por cierto, como a Núñez Feijóo, que Irene Montero no mantenga cartera, sueldo y coche oficial. No parecen en un estado de lucidez política, pero la familia es importante. Así que vamos a criticar el despilfarro de las luces navideñas.