Arturo PUENTE
Periodista
JOPUNTUA

Por qué funciona la represión

Poner justicia donde no la ha habido siempre es algo positivo. Sin matices. Si te pegan, que dejen de pegarte, cuando sufres abusos, conseguir que paren. Cuanto peor siempre es peor y ninguna causa, por noble que sea, puede exigir mártires involuntarios. Creo en todos esos principios, por lo que opino que la Ley de Amnistía es positiva, en general, y para el independentismo en particular. Pero eso no significa que no tenga ojos ni que no vea que, a la vez, la ley registrada en el Congreso supone el fin de un periodo.

La amnistía que ahora se debate es uno de los ejemplos más ilustrativos de por qué la represión siempre es tentadora para quien la puede ejercer. Si uno mira cómo se han ido sucediendo los hechos del procés, hay un desencadenante inicial, que es la sentencia del Estatut, un periodo de acumulación de fuerzas que desemboca en octubre de 2017 y una etapa resolutiva posterior, de carga judicial desmesurada, que ahora tiene su punto final en la amnistía. Así, mientras durante todo el primer ciclo las reivindicaciones independentistas de mínimos eran encontrar un nuevo encaje para Catalunya basado en la voluntad de los ciudadanos, a partir de la segunda etapa, toda la carga estuvo centrada en frenar la andanada represiva. Una tarea en la que ha habido dificultades enormes, un esfuerzo titánico que ha requerido que el soberanismo pusiera toda su energía, su máxima capacidad de incidencia y toda su estrategia al servicio de acabar con los constantes atropellos judiciales. Y así lo ha hecho. El triunfo obtenido es volver, judicialmente, una década atrás. Pero, políticamente, se regresa habiendo quemado todas las naves en salvar el tipo ante la justicia, con unas bases cansadas y desmovilizadas, una desunión más que difícil de reparar y el objetivo autodeterminista enterrado. ¿Se podía haber hecho otra cosa? Seguramente no. Esto es lo que hay y el independentismo puede darse con un canto en los dientes por tener fuerza para conseguir la amnistía. Pero nunca sobra recordar cómo funciona la represión cuando se aplica y qué tipo de escenarios suele dejar.