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Finlandia cierra su frontera con Rusia para impedir la llegada de refugiados

Migrantes en el paso fronterizo de Salla.
Migrantes en el paso fronterizo de Salla. (Jussi NUKARI | AFP)

El Gobierno finlandés anunció ayer el cierre total de su frontera con Rusia a partir de mañana para impedir que sigan llegando refugiados de terceros países a través de la nación vecina, medida que estará vigente hasta el 13 de diciembre.

No será posible solicitar asilo en la frontera terrestre con Rusia y los únicos puntos donde se permitirá serán los puertos y aeropuertos internacionales del país.

El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, justificó la clausura del puesto fronterizo de Raja-Jooseppi, el único de los ocho que permanecía abierto, como una medida «necesaria y proporcionada» ante las «actividades de injerencia rusa».

El Gobierno finlandés sostiene que el fuerte incremento de refugiados que llegan a su frontera oriental se debe a un «ataque híbrido» de Moscú destinado a desestabilizar el país tras su reciente ingreso en la OTAN y su decidido apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia. «Rusia ha provocado esta situación y también puede ponerle fin», afirmó Orpo. El viceministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushko, calificó la medida como una «decisión irracional». Rusia advirtió a Finlandia de que su decisión crea nuevas líneas divisorias en Europa y supondrá un coste de 3.000 millones de euros para los finlandeses.

BOICOT EN LA OSCE

Por otra parte, los ministros de Exteriores de Estonia, Letonia y Lituania, al igual que Ucrania, boicotearán la trigésima reunión ministerial de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Skopje en protesta por la posible asistencia del jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, quien anunció su participación en la reunión si Bulgaria permitía el paso de su avión, algo a lo que Sofía ha dado luz verde.

La reunión llega cuando la guerra en Ucrania entra en un escenario invernal, en el que Kiev teme nuevos ataques a infraestructuras energéticas, y el cansancio de sus aliados europeos. La UE aprobó ayer 194 millones de euros adicionales para entrenar al Ejército ucraniano a la vez que el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, negó la «fatiga» por la guerra.