Pulsiones oportunistas

Atendiendo al efecto mariposa que produce una tregua o pausa en un conflicto desigual, encontramos que en un recóndito lugar del África central los pozos de petróleo siguen convocando a la desgracia, aunque unos cuantos, que generalmente son los mismos pero con distintos bancos centrales, marca de distribución y repostaje, sacan los beneficios netos. No es necesario aprovechar las pulsiones oportunistas, con el simple desarrollo vegetativo de los antiguos esquemas colonialistas se llega al mismo lugar de destino o de no retorno.

Porque la sensación de eterno retorno al mismo escenario causa estragos en el sistema linfático de un conglomerado social extasiado por las luces encendidas del desastre y la obsesión del mal que intentan mantener en la oscuridad la verdad, la justicia, el orden constitucional, los preceptos básicos de las democracias representativas y hasta lo escrito y elevado a categoría de preceptivo y lo más sagrado en los textos sagrados, en los textos consagrados fundamentales de las culturas occidentales y orientales, la Guerra tiene reglas. Tiene sus prohibiciones, está pensada para que la barbarie la administren seres dotados de valores éticos que acompañan a su formación militar, no se puede limitar a una acumulación solamente de armamento pesado y odio hasta en la pasta de dientes. Lo de Israel, y sus ejércitos y algunos cómplices que aplauden y propician esas masacres, excede cualquier rango codificado. Hay que defenderse de quienes defiende estas actitudes vengativas y demoledoras. Hay que defenderse del neofascismo multicultural.