Tres de los cuatro acusados de la muerte de Santi Coca, el menor fallecido tras recibir una paliza en el exterior de una discoteca de Donostia el 19 de abril de 2019, fueron ayer absueltos por el tribunal del jurado encargado del caso, mientras que el cuarto procesado fue encontrado culpable de un delito de «homicidio por imprudencia grave».

El veredicto se conoció a última hora de ayer, y a él le seguirá la imposición de condena al único declarado culpable. Las acusaciones piden cuatro años de cárcel para él, mientras que la defensa solicita la pena mínima.

Un quinto imputado ya quedó en libertad la semana pasada al serle retiradas las acusaciones en su contra, después de que ningún testigo le incriminara en los hechos a lo largo de la vista oral.

El sexto procesado, considerado por los distintos testigos y algunos imputados como el principal agresor, se encuentra huido de la justicia desde meses atrás, todavía en paradero desconocido.

La Fiscalía había mantenido la acusación contra los cuatro procesados citados, argumentando que, debido a la paliza propinada al joven, todos ellos asumieron el riesgo de que falleciera, tal y como finalmente ocurrió. Sin embargo, tres de los procesados fueron absueltos por falta de pruebas incriminatorias.

Durante el juicio, los dictámenes de los distintos forenses arrojaron varias hipótesis sobre el peso que pudo tener la agresión en el fallecimiento del menor.

Para la defensa, la muerte de Santi Coca «fue una desgracia, no un homicidio».