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INFIERNO EN GAZA

El sistema de salud colapsa en pleno asedio israelí a los hospitales de Gaza

Palestinos que huyen de Jan Yunis observan un cráter causado por los bombardeos israelíes. (Said KHATIB | AFP)

 

Israel bombardeó ayer las inmediaciones de una clínica de la ONU, atacó convoys de ambulancias y acosó con francotiradores a quienes permanecen en los hospitales, que han colapsado, según el Ministerio de Salud gazatí, que eleva a 18.000 el balance de víctimas mortales.

En concreto, la Media Luna Roja Palestina denunció una serie de bombardeos israelíes en torno a una clínica de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (Unrwa) en el campo de refugiados de Yabalia, en el norte Gaza.

Además, el servicio de emergencias informó de que que un convoy de seis ambulancias escoltado por vehículos de la ONU fue tiroteado por militares israelíes después de pasar un control Gaza, y el Ministerio de Salud del enclave afirmó que su director general de Farmacia, Ashraf Abu Mahdi, fue herido por francotiradores israelíes cuando intentaba llegar a un almacén para recoger medicamentos a entregar a hospitales de Gaza. Todo ello entre ataques aéreos muy cerca de Jan Yunis y disparos de las unidades de artillería sionistas desde el interior de la Franja.

La «catastrófica» situación del sistema sanitario, tal y como la calificó la OMS, ocasionó que por primera vez el organismo adoptase una resolu- ción por consenso que exige a Israel el «paso sostenido, ordenado, seguro y sin trabas» del personal sanitario a Gaza.

El acuerdo exhorta a que se permita el paso de ambulancias, las evacuaciones médicas de pacientes lesionados y enfermos en estado crítico y exige «asegurar el respeto y la protección de todo el personal sanitario y humanitario», después de que se hayan denunciado más de 500 ataques a la red de salud en Cisjordania y Gaza desde octubre.

También resalta que Israel, como potencia ocupante, «debe respetar el derecho a la salud de todas las personas que se encuentran en el territorio palestino ocupado», lo que implica facilitar un socorro humanitario sin restricciones y, dado el caso, conceder permisos de salida a pacientes que necesiten tratamiento fuera de la Franja de Gaza.

Casi no queda comida ni agua, después de que Israel atacara también los tanques de agua de hospitales como Al-Awda, en el norte de Gaza, que necesita alimentos y agua potable urgente o ayuda para evacuar. Hasta ahora, según las autoridades, las fuerzas israelíes han atacado deliberadamente 132 centros sanitarios, dejando fuera de servicio 22 hospitales y 46 centros de salud, mientras que sus ataques también provocaron la muerte de casi 300 miembros del personal sanitario.

A pesar de las cifras, la resolución de la OMS fue criticada por la diplomacia de Israel nada más aprobarla, que aseguró que «envía a los terroristas la señal de que el mundo mirará hacia otro lado si secuestran niños y mujeres inocentes, usan poblaciones locales como escudos humanos y utilizan hospitales como cuarteles del terrorismo».

APOYO DE EEUU

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, indicó auer que el Gobierno de Israel tiene absoluta potestad para determinar la duración de su ofensiva contra la Franja de Gaza al tiempo que «lamentó» que el Ejército israelí no siempre cumple con su promesa de proteger a la población civil del enclave. Ayer, Día Internacional de los Derechos Humanos, Blinken señaló en un tuit que los «derechos humanos pertenecen a todos» y reafirmó «nuestro profundo compromiso de proteger los derechos humanos y responsabi- lizar a quienes los violan».

Y quien los viola, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradecía al presidente estadounidense, Joe Biden, el veto de su país el viernes a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que instaba a un alto el fuego en Gaza y el envío de 14.000 proyectiles de artillería para continuar con la masacre.

Pese al «fracaso» del Consejo, el secretario general de la ONU, António Guterres, prometió que seguirá insistiendo para lograr un alto el fuego. «Hace falta un serio esfuerzo para actualizar las estructuras globales, para que estén ancladas en la igual y la solidaridad, basadas en la Carta de Naciones Unidas y en el derecho internacional», zanjó.